Página 455 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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El cruce del Jordán
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aplicó a todo el pueblo que había nacido en el desierto. Y el Señor le
declaró a Josué: “Hoy he hecho rodar de sobre vosotros el oprobio
de Egipto” (
Josué 5:9, VM
), y en alusión a este gran acontecimiento
llamaron el lugar de su campamento Gilgal, o sea “rodadura.”
Las naciones paganas habían mirado con oprobio al Señor y a
su pueblo porque los hebreos no había tomado posesión de Canaán,
como lo esperaban, poco después de haber abandonado Egipto. Sus
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enemigos se habían regocijado porque Israel había errado tanto
tiempo en el desierto, y habían declarado en son de burla que el Dios
de los hebreos no podía introducirlos en la tierra prometida. Ahora
el Señor había manifestado señaladamente su poder y favor al abrir
el Jordán ante su pueblo, y sus enemigos ya no podían tenerlos en
oprobio.
“A los catorce días del mes, por la tarde,” se celebró la pascua en
las llanuras de Jericó. “Y al otro día de la pascua comieron del fruto
de la tierra los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas
tostadas. Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a
comer del fruto de la tierra: y los hijos de Israel nunca más tuvieron
maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel
año.”
Josué 5:10-12
. Los largos años de peregrinación por el desierto
habían tocado a su fin. Los pies de Israel pisaban por último la tierra
prometida.
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