Página 644 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
guarida de los espíritus malos. Aquella aparición sobrenatural fué
producida solamente por el poder de Satanás. Le resultó tan fácil
asumir entonces la forma de Samuel como tomar la de un ángel de
luz cuando tentó a Cristo en el desierto.
Las primeras palabras de la mujer cuando estuvo bajo la in-
fluencia de su encantamiento se dirigieron al rey: “¿Por qué me has
engañado? que tú eres Saúl.” De modo que el primer acto del espíritu
malo que se presentó como el profeta consistió en comunicarse se-
cretamente con esta mujer impía, para advertirla de cómo se la había
engañado. El mensaje que el profeta fingido le dió a Saúl fué: “¿Por
qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy
muy congojado; pues los Filisteos pelean contra mí, y Dios se ha
apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni
por sueños: por esto te he llamado, para que me declares qué tengo
de hacer.”
Mientras vivía Samuel, Saúl había menospreciado su consejo,
y manifestado resentimiento por sus reproches. Pero ahora, en la
hora de su aflicción y calamidad, consideró la dirección del profeta
como la única esperanza, y para comunicarse con el embajador
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del Cielo, recurrió en vano a la mensajera del infierno. Saúl se
había colocado totalmente en poder de Satanás; y ahora aquel que se
deleita únicamente en causar miseria y destrucción aprovechó bien la
oportunidad para labrar la ruina del desgraciado rey. En contestación
a la súplica de Saúl en su agonía, recibió de los supuestos labios de
Samuel el terrible mensaje:
“¿Y para qué me preguntas a mí, habiéndose apartado de ti
Jehová, y es tu enemigo? Jehová pues ha hecho como habló por
medio de mí; pues ha cortado Jehová el reino de tu mano, y lo ha
dado a tu compañero David. Como tú no obedeciste a la voz de
Jehová, ni cumpliste el furor de su ira sobre Amalec, por eso Jehová
te ha hecho esto hoy. Y Jehová entregará a Israel también contigo en
manos de los Filisteos: y mañana seréis conmigo, tú y tus hijos: y
aun el campo de Israel entregará Jehová en manos de los Filisteos.”
A través de toda su carrera de rebelión, Saúl había sido halaga-
do y engañado por Satanás. Es obra del tentador empequeñecer el
pecado, hacer el sendero de la transgresión fácil y agradable, cegar
la mente a las advertencias y las amenazas del Señor. Satanás, por
su poder hechicero, había inducido a Saúl a justificarse en desafío