Página 648 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Capítulo 67—La magia antigua y moderna
El relato que hace la Escritura de la visita de Saúl a la mujer de
Endor, ha ocasionado perplejidad a muchos estudiantes de la Biblia.
Algunos sostienen que Samuel estuvo realmente presente en la en-
trevista con Saúl, pero la Biblia misma suministra bases suficientes
para llegar a una conclusión contraria. Si, como algunos alegan,
Samuel hubiera estado en el cielo, habría sido necesario hacerle
bajar de allí, ya sea por el poder de Dios o por el poder de Satanás.
Nadie puede creer que Satanás tenía poder para hacer bajar del cielo
al santo profeta de Dios para honrar las hechicerías de una mujer
impía. Tampoco podemos concluir que Dios le mandó a la cueva de
la bruja; pues el Señor ya se había negado a comunicarse con Saúl
por medio de sueños, del Urim [luz del pectoral], o por medio de los
profetas.
1 Samuel 28:6
. Estos eran los medios designados por Dios
para comunicarse con su pueblo, y no los iba a pasar por alto para
dar un mensaje por medio de un agente de Satanás.
El mensaje mismo da suficiente evidencia de su origen. Su objeto
no era inducir a Saúl al arrepentimiento, sino más bien incitarle a
destruirse; y tal no es la obra de Dios, sino la de Satanás. Además,
el acto de Saúl al consultar a una hechicera se cita en la Escritura
como una de las razones por las cuales fué rechazado por Dios y
entregado a la destrucción: “Así murió Saúl por su rebelión con
que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no
guardó; y porque consultó al pythón, preguntándole, y no consultó
a Jehová: por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David, hijo
de Isaí.”
1 Crónicas 10:13, 14
. Este pasaje dice claramente que Saúl
interrogó al “pythón” o espíritu malo, y no al Espíritu del Señor. No
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se comunicó con Samuel, el profeta de Dios; sino que por medio
de la hechicera se comunicó con Satanás. Este no podía presentar
al verdadero Samuel, pero sí presentó uno falso, que le sirvió para
llevar a cabo sus propósitos de engaño.
Casi todas las formas de la hechicería y brujería antiguas se
fundaban en la creencia de que es posible comunicarse con los
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