Página 650 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
son mirados con cierta idolatría, y para muchos la palabra de ellos
tiene más peso que la palabra de Dios.
Pero muchos consideran al espiritismo como un simple engaño.
Atribuyen a fraudes de los médiums las manifestaciones mediante
las cuales pretenden demostrar que poseen un carácter sobrenatural.
Sin embargo, si bien es cierto que con frecuencia se han presentado
los resultados de alguna superchería como manifestaciones genuinas,
ha habido también evidencias notables de un poder sobrenatural.
Y muchos de los que rechazan el espiritismo como resultado de la
pericia o la astucia humana, al comprobar manifestaciones que no
pueden explicar en este sentido, se verán inducidos a reconocer sus
asertos como veraces.
El espiritismo moderno y las formas de la brujería antigua y del
culto idólatra, por tener todos la comunión con los muertos como
principio vital, se basan en aquella primera mentira mediante la cual
Satanás engañó a Adán y a Eva: “No moriréis; mas sabe Dios que
el día que comiereis de él, ... seréis como dioses.”
Génesis 3:4, 5
.
Como se basan igualmente en la mentira y la perpetúan, provienen
por igual del padre de las mentiras.
A los hebreos se les prohibía expresamente que participaran en
cualquier forma de supuesta comunión con los muertos. Dios cerró
esta puerta eficazmente cuando dijo: “Los muertos nada saben, ... ni
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tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.”
Eclesiastés 9:5, 6
. “Saldrá su espíritu, tornaráse el hombre en su
tierra: en aquel día perecerán sus pensamientos.”
Salmos 146:4
. Y el
Señor le declaró a Israel: “La persona que atendiere a encantadores
o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra
la tal persona, y cortaréla de entre su pueblo.”
Levítico 20:6
.
Los espíritus adivinadores no eran los espíritus de los muertos,
sino ángeles malos, mensajeros de Satanás. La idolatría antigua, que,
según hemos visto, abarca tanto el culto de los muertos como la
pretendida comunicación con ellos, era, declara la Biblia, una mani-
festación del culto de los demonios. El apóstol Pablo, al amonestar
a sus hermanos contra cualquier participación en la idolatría de sus
vecinos paganos, dice: “Lo que los Gentiles sacrifican, a los demo-
nios lo sacrifican, y no a Dios: y no querría que vosotros fueseis
partícipes con los demonios.”
1 Corintios 10:20
. Hablando de Israel
el salmista dice: “Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios;”