Página 680 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
“Estos confían en carros, y aquellos en caballos:
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos
memoria.”
Salmos 33:16, 17
;
44:4-7
;
20:7
.
El reino de Israel había alcanzado ahora en extensión el cumpli-
miento de la promesa hecha a Abrahán, y repetida después a Moisés:
“A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río
grande, el río Eufrates.”
Génesis 15:18
;
Deuteronomio 11:22-25
. Is-
rael se había convertido en una nación poderosa, respetada y temida
de los pueblos vecinos. En su propio reino, el poder de David se
había hecho muy grande. Gozaba de los afectos y de la lealtad de
su pueblo como muy pocos soberanos, de cualquier época, los han
podido gozar. Había honrado a Dios, y ahora Dios le honraba a él.
Pero en medio de la prosperidad acechaba el peligro. En la época
de mayor triunfo exterior, David estaba en el mayor de los peligros,
y sufrió la derrota más humillante de su vida.
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