Página 726 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
Gálatas 3:15-17
, dice que desde el tiempo en que se hizo el pacto
con Abrahán hasta que se dió la ley en el Sinaí pasaron 430 años.
A juzgar por estos pasajes de las Escrituras, no hemos de enten-
der que los israelitas estuvieron en Egipto cuatrocientos años. El
tiempo que realmente pasaron en Egipto no pudo ser más que 215
años. La Biblia dice que “el tiempo que los hijos de Israel habitaron”
fué 430 años. Abrahán, Isaac y Jacob, antepasados de los israelitas,
habitaron en Canaán. El período de los 430 años principia con la
promesa dada a Abrahán cuando se le ordenó salir de Ur de Caldea.
Los cuatrocientos años a los cuales se refiere (
Génesis 15:13
), prin-
cipian más tarde. Obsérvese que el período de cuatrocientos años
no sólo es una época de peregrinaje, sino también de aflicción. Este
período principia, de acuerdo con las Escrituras, treinta años más
tarde, o sea más o menos en el tiempo cuando Ismael, “el que era
engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el
Espíritu [Isaac].”
Gálatas 4:29
.
Nota 7. Pág. 326. El becerro de oro era una representación del
toro o buey sagrado, llamado Apis, que los egipcios adoraban, y que
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los israelitas debieron conocer durante su larga estada en Egipto.
Con referencia a este dios Apis y a lo que significaba, leemos lo
siguiente:
“Apis, el toro adorado por los antiguos egipcios, quienes lo con-
sideraban como símbolo de Osiris, dios del Nilo, marido de Isis y la
gran divinidad de Egipto.”—
Enciclopedia,
de Chambers.
La
Enciclopedia Británica
(art. “Apis”), refiriéndose a los auto-
res griegos y a las inscripciones jeroglíficas, dice: “Según este punto
de vista, Apis era la encarnación de Osiris manifestada en la forma
de un toro.
Puesto que el toro Apis era considerado como manifestación
visible de Osiris, debemos saber qué representaba éste último para
poder comprender la adoración del becerro por los israelitas. Citando
nuevamente de la
Enciclopedia Británica,
transcribimos lo siguiente:
“Todos los misterios de los egipcios y toda su doctrina de la vida
futura, se fundan en este culto [de Osiris]. A Osiris se le identifica
con el sol.... La adoración del sol era la forma primitiva de la religión
egipcia y tal vez de la anterior a ella.”
“A Osiris se dedicaban las oraciones y las ofrendas por los muer-
tos; y a él se dirigen todas las inscripciones de los sepulcros, excepto