Página 725 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Apéndice
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nubes, y, como una maldición entenebrecedora, devoraban y des-
truían los frutos de los campos y el verdor de los bosques. A la
orden de Moisés vinieron estos terribles insectos, y sólo se retiraron
cuando el mismo Moisés se lo ordenó. Así se hizo manifiesta la
impotencia de Serapis, y se les enseñó a los idólatras cuán insensato
y fútil era confiar en otra protección que la de Jehová, Dios de Israel.
“El octavo milagro y el décimo iban dirigidos contra la adora-
ción de Isis y Osiris, a quienes, juntamente con el río Nilo, ponían
en primer lugar en la larga serie de sus dioses
Estos ídolos eran
originalmente los que representaban el sol y la luna; se creía que
dominaban la luz y los elementos; y su culto predominaba en alguna
forma entre todas las naciones más antiguas. Los milagros que iban
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dirigidos contra el culto de Isis y Osiris debieron hacer una profunda
impresión tanto en los israelitas como en los egipcios. En un país
donde llueve muy rara vez, donde la atmósfera está siempre en calma
y los astros brillan cada noche, ¡cuán grande debió ser el terror que
se apoderó de todos durante la rebelión de los elementos que se
menciona en los anales hebreos; en ese largo plazo de tres días y
tres noches cuando la lobreguez de las densas tinieblas se extendía
como paño mortuorio sobre toda la tierra! Jehová de los ejércitos
ordenó a la naturaleza que le proclamase Dios verdadero; el Dios de
Israel confirmó su supremacía y ejerció su poder para envilecer los
ídolos, destruir la idolatría y librar a los descendientes de Abrahán
de la tierra de su esclavitud.
“Habiéndose revelado así el Todopoderoso como el Dios ver-
dadero, gracias a su intervención milagrosa, después de continuar
ejerciendo su poder en las medidas adaptadas a destruir las distintas
formas de idolatría que existían en Egipto, el undécimo y último mi-
lagro fué un castigo encaminado a manifestar a todos los intelectos
que Jehová era el Dios que ejecuta juicios en la tierra.”
Nota 6. Pág. 287. En
Génesis 15:13
leemos que el Señor dijo a
Abrahán: “Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no
suya, y servirá a los de allí, y serán por ellos afligidos cuatrocientos
años.”
Éxodo 12:40
dice: “El tiempo que los hijos de Israel habi-
taron en Egipto, fué cuatrocientos y treinta años.” Pero Pablo, en
Dos milagros fueron hechos contra el culto del Nilo y otros dos contra Isis y Osiris
porque se los tenía por los dioses supremos. Muchos ponían al Nilo en primer lugar,
porque decían que tenía poder para regar a Egipto sin intervención de los elementos.