Página 123 - Profetas y Reyes (1957)

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“En el espíritu y poder de Elías”
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sía. Los hombres descuidan la Biblia y odian la verdad. Jesús ve su
ley rechazada, su amor despreciado, sus embajadores tratados con
indiferencia. El habló por sus misericordias, pero éstas no han sido
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reconocidas; él dirigió advertencias, pero éstas no han sido escu-
chadas. Los atrios del templo del alma humana han sido trocados
en lugares de tráfico profano. El egoísmo, la envidia, el orgullo y la
malicia son las cosas que se cultivan.
Muchos no vacilan en burlarse de la palabra de Dios. Los que
creen esa palabra tal como se expresa son ridiculizados. Existe un
desprecio cada vez mayor por la ley y el orden, y se debe directa-
mente a una violación de las claras órdenes de Jehová. La violencia
y los crímenes son resultado del hecho de que la humanidad se ha
desviado de la senda de la obediencia. Miremos la desgracia y la
miseria de las multitudes que adoran ante los ídolos y buscan en
vano felicidad y paz. Miremos el desprecio casi universal en que se
tiene el mandamiento del sábado. Miremos también la audaz impie-
dad de aquellos que, mientras promulgan leyes para salvaguardar la
supuesta santidad del primer día de la semana, legalizan el tráfico
de las bebidas alcohólicas. Demasiado sabios para prestar atención
a lo escrito, intentan ejercer coerción sobre las conciencias de los
hombres mientras sancionan un mal que embrutece y destruye a
los seres creados a la imagen de Dios. Es Satanás mismo quien
inspira esa legislación. El sabe muy bien que la maldición de Dios
descansará sobre los que exalten los decretos humanos sobre los
divinos; y hace cuanto está en su poder para llevar a los hombres
por la ancha vía que acaba en la destrucción.
Los hombres han adorado durante tanto tiempo las opiniones
y las instituciones humanas que casi todo el mundo sigue en pos
de los ídolos. Y el que procuró cambiar la ley de Dios usa todo
artificio engañoso para inducir a hombres y mujeres a alistarse contra
Dios y contra la señal por la cual se conoce a los justos. Pero el
Señor no tolerará siempre que su ley sea violada y despreciada
con impunidad. Llega un tiempo en que “la altivez de los ojos del
hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y
Jehová solo será ensalzado en aquel día.”
Isaías 2:11
. Los escépticos
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pueden tratar los requerimientos de la ley de Dios con escarnio,
burlas y negativas. El espíritu de mundanalidad puede contaminar a
los muchos y dominar a los pocos; puede ser que la causa de Dios