Página 13 - Profetas y Reyes (1957)

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Introducción—La viña del señor
Cuando Dios llamó a Abrahán para que saliese de entre su pa-
rentela idólatra, y le invitó a que morase en la tierra de Canaán, lo
hizo con el fin de otorgar los más ricos dones del Cielo a todos los
pueblos de la tierra. “Haré de ti—le dijo—una nación grande, y ben-
decirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”.
Génesis
12:2
. Abrahán recibió la alta distinción de ser padre del pueblo que
durante siglos habría de custodiar y conservar la verdad de Dios para
el mundo, el pueblo por medio del cual todas las naciones iban a ser
bendecidas en el advenimiento del Mesías prometido.
Casi habían perdido los hombres el conocimiento del Dios verda-
dero. Sus intelectos estaban entenebrecidos por la idolatría. En lugar
de los estatutos divinos, cada uno de los cuales es “santo, y justo,
y bueno” (
Romanos 7:12
), procuraban substituir leyes en armonía
con los designios de sus propios corazones crueles y egoístas. Sin
embargo, en su misericordia, Dios no los raía de la existencia. Se
proponía darles la oportunidad de conocerle mediante su iglesia.
Quería que los principios revelados por su pueblo fuesen el medio
de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre.
La ley de Dios debía ser exaltada, su autoridad mantenida; y
esta obra grande y noble fué confiada a la casa de Israel. Dios
la separó del mundo para poder entregarle un cometido sagrado.
La hizo depositaria de su ley y quiso conservar por su medio el
conocimiento de sí mismo entre los hombres. Así debía brillar la luz
del cielo sobre un mundo envuelto en tinieblas y debía oírse una voz
que suplicara a todos los pueblos que se apartasen de la idolatría
para servir al Dios viviente.
[12]
“Con gran fortaleza, y con mano fuerte” (
Éxodo 32:11
), Dios
sacó a su pueblo elegido de la tierra de Egipto. “Envió a su siervo
Moisés, y a Aarón al cual escogió. Pusieron en ellos las palabras de
sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cham.” “Y reprendió al
mar Bermejo, y secólo; e hízoles ir por el abismo.”.
Salmos 105:26,
27; 106:9
. El los rescató de su condición servil, para poder llevarlos
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