Página 142 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
“Jehová, el Dios de David tu padre, ha dicho así: Por cuanto no
has andado en los caminos de Josaphat tu padre, ni en los caminos de
Asa, rey de Judá, antes has andado en el camino de los reyes de Israel,
y has hecho que fornicase Judá, y los moradores de Jerusalem, como
fornicó la casa de Achab; y además has muerto a tus hermanos, a la
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familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú: he aquí Jehová
herirá tu pueblo de una grande plaga.”
En cumplimiento de esta profecía, “despertó Jehová contra Joram
el espíritu de los Filisteos, y de los Arabes que estaban junto a los
Etíopes; y subieron contra Judá, e invadieron la tierra, y tomaron
toda la hacienda que hallaron en la casa del rey, y a sus hijos, y a sus
mujeres; que no le quedó hijo, sino Joacaz el menor de sus hijos.
“Después de todo esto Jehová lo hirió en las entrañas de una
enfermedad incurable. Y aconteció que, pasando un día tras otro, al
fin, al cabo de dos años,” murió de esa “enfermedad muy penosa.”
“Y reinó en lugar suyo Ochozías, su hijo.”
2 Crónicas 21:12-19
;
2
Reyes 8:24
.
Joram, hijo de Acab, reinaba todavía en el reino de Israel cuando
su sobrino Ocozías subió al trono de Judá. Ocozías reinó solamente
un año y durante ese tiempo, bajo la influencia de su madre Atalía,
quien “le aconsejaba a obrar impíamente,” “anduvo en el camino
de la casa de Achab, e hizo lo malo en ojos de Jehová.”
2 Crónicas
22:3
;
2 Reyes 8:27
. Vivía todavía su abuela Jezabel, y él se alió
audazmente con Joram de Israel, su tío.
Ocozías de Judá no tardó en llegar a un fin trágico. Los miembros
sobrevivientes de la casa de Acab fueron en verdad, “después de
la muerte de su padre,” los que “le aconsejaron para su perdición.”
2 Crónicas 22:3, 4
. Mientras Ocozías visitaba a su tío en Jezreel,
Dios indicó al profeta Eliseo que mandase a uno de los hijos de
los profetas a Ramot de Galaad para ungir a Jehú rey de Israel. Las
fuerzas combinadas de Judá e Israel estaban entonces empeñadas en
una campaña militar contra los sirios de Ramot de Galaad. Joram
había sido herido en batalla, y había regresado a Jezreel, dejando a
Jehú encargado de los ejércitos reales.
Al ungir a Jehú, el mensajero de Eliseo declaró: “Yo te he un-
gido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.” Y luego dió
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solemnemente a Jehú un encargo especial del cielo. El Señor declaró
por su mensajero: “Herirás a la casa de Achab tu señor, para que yo