Página 169 - Profetas y Reyes (1957)

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Capítulo 21—Termina el ministerio de Eliseo
Llamado al cargo profético mientras Acab reinaba todavía, Eliseo
alcanzó a ver muchos cambios en el reino de Israel. Había caído un
castigo tras otro sobre los israelitas durante el reinado de Hazael
el sirio, quien fuera ungido como azote de la nación apóstata. Las
severas medidas de reforma instituidas por Jehú habían resultado en
la matanza de toda la casa de Acab. En guerras continuas con los
sirios, Joacaz, sucesor de Jehú, había perdido algunas de las ciudades
situadas al este del Jordán. Durante un tiempo pareció que los sirios
pudieran llegar a dominar todo el reino. Pero la reforma iniciada por
Elías y continuada por Eliseo había inducido a muchos a inquirir
acerca del Señor. Se estaban abandonando los altares de Baal, y lenta
pero seguramente el propósito de Dios se estaba cumpliendo en la
vida de aquellos que decidían servirle de todo corazón.
A su amor hacia el errante Israel se debía que Dios permitiera a
los sirios que lo azotaran. Debido a que se compadecía de aquellos
cuyo poder moral era débil, suscitó a Jehú para matar a la impía
Jezabel y a toda la casa de Acab. Nuevamente, y gracias a una
providencia misericordiosa, fueron puestos a un lado los sacerdotes
de Baal y Astarte, y derribados sus altares. En su sabiduría Dios
previó que si se eliminaba la tentación, algunos abandonarían el
paganismo y se volverían hacia el Cielo; y por esta razón permitió
que les aconteciese una calamidad tras otra. Sus juicios fueron
atemperados de misericordia; y cuando se hubo logrado su propósito,
volvió la marea en favor de aquellos que habían aprendido a inquirir
por él.
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Mientras las influencias del bien contendían con las del mal para
obtener el predominio, y Satanás hacía cuanto estaba en su poder
para completar la ruina iniciada durante el reinado de Acab y Jezabel,
Eliseo siguió dando su testimonio. Encontró oposición, aunque nadie
podía contradecir sus palabras. Se le honraba y veneraba en todo el
reino. Muchos acudían a pedirle consejo. Mientras vivía aun Jezabel,
Joram, rey de Israel, solicitó ese consejo; y una vez, mientras estaba
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