Página 189 - Profetas y Reyes (1957)

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El cautiverio asirio
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como el Líbano. Extenderse han sus ramos, y será su gloria como la
de la oliva, y olerá como el Líbano. Volverán, y se sentarán bajo de
su sombra: serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid:
su olor, como de vino del Líbano. Ephraim dirá: ¿Qué más tendré
yo con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya
verde: de mí será hallado tu fruto.
“¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que
lo sepa? Porque los caminos de Jehová son derechos, y los justos
andarán por ellos: mas los rebeldes en ellos caerán.”
Oseas 14:4-9
.
Se recalcó mucho lo benéfico que es buscar a Dios. El Señor
mandó esta invitación: “Buscadme, y viviréis; y no busquéis a Beth-
el, ni entréis en Gilgal, ni paséis a Beer-seba: porque Gilgal será
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llevada en cautiverio, y Beth-el será deshecha.”
“Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jeho-
vá Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís. Aborreced el
mal, y amad el bien, y poned juicio en la puerta: quizá Jehová, Dios
de los ejércitos, tendrá piedad del remanente de José.”
Amós 5:4, 5,
14, 15
.
Un número desproporcionado de los que oyeron estas invitacio-
nes se negaron a valerse de ellas. La palabra de los mensajeros de
Dios contrariaba de tal manera los malos deseos de los impenitentes,
que el sacerdote idólatra de Betel mandó este aviso al gobernante
de Israel: “Amós se ha conjurado contra ti en medio de la casa de
Israel: la tierra no puede sufrir todas sus palabras.”
Amós 7:10
.
Mediante Oseas el Señor declaró: “Estando yo curando a Israel,
descubrióse la iniquidad de Ephraim, y las maldades de Samaria.” “Y
la soberbia de Israel testificará contra él en su cara: y no se tornaron
a Jehová su Dios, ni lo buscaron con todo esto.”
Oseas 7:1, 10
.
De generación en generación, el Señor tuvo paciencia con sus
hijos extraviados; y aun entonces, frente a una rebelión desafiante,
anhelaba revelarse a ellos, dispuesto a salvarlos. Exclamó: “¿Qué
haré a ti, Ephraim? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es
como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada
viene.”
Oseas 6:4
.
Los males que se habían extendido por la tierra habían llegado
a ser incurables; y se pronunció esta espantosa sentencia sobre
Israel: “Ephraim es dado a ídolos; déjalo.” “Vinieron los días de la