Página 197 - Profetas y Reyes (1957)

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“Destruído por falta de conocimiento”
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El tiempo que precedió al cautiverio de las diez tribus de Israel
se destacó por una desobediencia y una perversidad similares. No se
tenía en cuenta para nada la ley de Dios, y esto abrió las compuertas
de la iniquidad sobre Israel. Oseas declaró: “Jehová pleitea con los
moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni
conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, y mentir, y matar, y
hurtar y adulterar prevalecieron, y sangres se tocaron con sangres.”
Oseas 4:1, 2
.
Las profecías de juicio que dieran Amós y Oseas iban acompaña-
das de predicciones referentes a una gloria futura. A las diez tribus,
durante mucho tiempo rebeldes e impenitentes, no se les prometió
una restauración completa de su poder anterior en Palestina. Hasta
el fin del tiempo, habrían de andar “errantes entre las gentes.” Pero
mediante Oseas fué dada una profecía que les ofreció el privilegio de
tener parte en la restauración final que ha de experimentar el pueblo
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de Dios al fin de la historia de esta tierra, cuando Cristo aparezca
como Rey de reyes y Señor de señores. Declaró el profeta: “Muchos
días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrifi-
cio, y sin estatua, y sin ephod, y sin teraphim. Después—agregó el
profeta—volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios,
y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los
días.”
Oseas 3:4, 5
.
En un lenguaje simbólico Oseas presentó a las diez tribus el
plan que Dios tenía para volver a otorgar a toda alma penitente que
se uniese con su iglesia en la tierra las bendiciones concedidas a
Israel en los tiempos cuando éste le era leal en la tierra prometida.
Refiriéndose a Israel como a quien deseaba manifestar misericordia,
el Señor declaró: “Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al
desierto, y hablaré a su corazón. Y daréle sus viñas desde allí, y el
valle de Achor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los
tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra
de Egipto. Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás
Marido mío, y nunca más me llamarás Baali [Margen: Mi señor].
Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más
serán mentados por sus nombres.”
Oseas 2:14-17
.
En los últimos días de la historia de esta tierra, debe renovarse
el pacto de Dios con su pueblo que guarda sus mandamientos. “En
aquel día yo haré por ellos un pacto con las fieras del campo, y con