Página 277 - Profetas y Reyes (1957)

Basic HTML Version

Capítulo 35—La condenación inminente
Durante los primeros años del reinado de Joaquim fueron dadas
muchas advertencias referentes a la condenación que se acercaba.
Estaba por cumplirse la palabra que expresara el Señor por los pro-
fetas. La potencia asiria que desde el norte había ejercido durante
mucho tiempo la supremacía, no iba a gobernar ya las naciones. Por
el sur, Egipto en cuyo poder el rey de Judá había puesto en vano
su confianza, iba a ser puesto pronto decididamente en jaque. En
forma completamente inesperada, una nueva potencia mundial, el
Imperio Babilónico, se levantaba hacia el este, y con presteza iba
sobrepujando todas las otras naciones.
Dentro de pocos y cortos años el rey de Babilonia iba a ser
usado como instrumento de la ira de Dios sobre el impenitente Judá.
Una y otra vez Jerusalén iba a quedar rodeada y en ella entrarían
los ejércitos sitiadores de Nabucodonosor. Una compañía tras otra,
compuestas al principio de poca gente, pero más tarde de millares
y decenas de millares de cautivos, iban a ser llevadas a la tierra
de Sinar, para morar allí en destierro forzoso. Joaquim, Joaquí
y
Sedequías, esos tres reyes judíos iban a ser por turno vasallos del
gobernante babilónico, y cada uno a su vez se iba a rebelar. Castigos
cada vez más severos iban a ser infligidos a la nación rebelde, hasta
que por fin toda la tierra quedase asolada, Jerusalén reducida a ruinas
chamuscadas por el fuego, destruído el templo que Salomón había
edificado, y el reino de Judá iba a caer para nunca volver a ocupar
su puesto anterior entre las naciones de la tierra.
[312]
Aquellos tiempos de cambios, tan cargados de peligros para la
nación israelita, fueron señalados por muchos mensajes enviados
del Cielo, por medio de Jeremías. Así fué cómo el Señor dió a
los hijos de Judá amplia oportunidad de librarse de las alianzas
con que se habían enredado con Egipto, y de evitar la controversia
con los gobernantes de Babilonia. A medida que se acercaba el
peligro amenazador, enseñó al pueblo por medio de una serie de
Acerca de estos nombres, véase la nota al fin del capítulo.
273