Página 33 - Profetas y Reyes (1957)

Basic HTML Version

El templo y su dedicación
29
La verdadera reverencia hacia Dios nos es inspirada por un
sentido de su infinita grandeza y un reconocimiento de su presencia.
Este sentido del Invisible debe impresionar profundamente todo
corazón. La presencia de Dios hace que tanto el lugar como la hora
de la oración sean sagrados. Y al manifestar reverencia por nuestra
actitud y conducta, se profundiza en nosotros el sentimiento que
la inspira. “Santo y temible es su nombre” (
Salmos 111:9, VM
),
declara el salmista. Los ángeles se velan el rostro cuando pronuncian
ese nombre. ¡Con qué reverencia debieran pronunciarlo nuestros
labios, puesto que somos seres caídos y pecaminosos!
¡Cuán apropiado sería que jóvenes y ancianos ponderasen las
palabras de la Escritura que demuestran cómo debe considerarse
el lugar señalado por la presencia especial de Dios! El ordenó a
Moisés, al lado de la zarza ardiente: “Quita tus zapatos de tus pies,
porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.”
Éxodo 3:5
.
Jacob, después de contemplar la visión del ángel, exclamó: “Cier-
tamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía... No es otra cosa
que casa de Dios, y puerta del cielo.”.
Génesis 28:16, 17
.
En lo que dijo durante el servicio de dedicación, Salomón había
procurado eliminar del ánimo de los presentes las supersticiones
relativas al Creador que habían confundido a los paganos. El Dios del
cielo no queda encerrado en templos hechos por manos humanas,
como los dioses de los paganos; y sin embargo puede reunirse
con sus hijos por su Espíritu cuando ellos se congregan en la casa
dedicada a su culto.
Siglos más tarde, Pablo enseñó la misma verdad en estas pala-
[35]
bras: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay,
éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos
hechos de manos, ni es honrado con manos de hombres, necesitado
de algo; pues él da a todos vida, y respiración, y todas las cosas; ...
para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen;
aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros: porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos.”.
Hechos 17:24-28
.
“¡Dichosa la nación cuyo Dios es Jehová;
el pueblo que él escogió como herencia para sí!
Desde el cielo mira Jehová;
ve a todos los hijos de los hombres: