Página 393 - Profetas y Reyes (1957)

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Capítulo 49—En tiempos de la reina Ester
Gracias al favor con que los miraba Ciro, casi cincuenta mil de
los hijos del cautiverio se habían valido del decreto que les permitía
regresar. Sin embargo, representaban tan sólo un residuo en com-
paración con los centenares de miles que estaban dispersos en las
provincias de Medo-Persia. La gran mayoría de los israelitas había
preferido quedar en la tierra de su destierro, antes que arrostrar las
penurias del regreso y del restablecimiento de sus ciudades y casas
desoladas.
Habían transcurrido veinte años o más cuando un segundo de-
creto, tan favorable como el primero, fué promulgado por Darío
Histaspes, el monarca de aquel entonces. Así proveyó Dios en su mi-
sericordia otra oportunidad para que los judíos del reino medo-persa
regresaran a la tierra de sus padres. El Señor preveía los tiempos
dificultosos que iban a seguir durante el reinado de Jerjes, el Asuero
del libro de Ester, y no sólo obró un cambio en los sentimientos
de los hombres que ejercían autoridad, sino que inspiró también a
Zacarías para que instase a los desterrados a que regresasen.
El mensaje dado a las tribus dispersas de Israel que se habían
establecido en muchas tierras distantes de su antigua patria fué: “Eh,
eh, huid de la tierra del aquilón, dice Jehová, pues por los cuatro
vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová. Oh Sión, la que moras
con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho Jehová de
los ejércitos: Después de la gloria me enviará él a las gentes que os
despojaron: porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Porque
he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos,
y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.”
Zacarías 2:6-9
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Seguía siendo propósito del Señor, como lo había sido desde el
principio, que su pueblo le honrase en la tierra, y tributase gloria
a su nombre. Durante los largos años de su destierro, les había
dado muchas oportunidades de volver a serle fieles. Algunos habían
decidido escuchar y aprender; algunos habían hallado salvación en
medio de la aflicción. Muchos de éstos iban a contarse entre el
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