Página 434 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
trabajen para Dios. Empleará agentes humanos para escarnecer a
los que edifiquen la muralla. Pero si los constructores se rebajasen
a hacer frente a los ataques de sus enemigos, ello no podría sino
retardar la obra. Deben esforzarse por derrotar los propósitos de sus
adversarios; pero no deben permitir que cosa alguna los aparte de su
trabajo. La verdad es más fuerte que el error, y el bien prevalecerá
sobre el mal.
Tampoco deben permitir que sus enemigos conquisten su amistad
y simpatía de modo que los seduzcan para hacerles abandonar su
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puesto del deber. El que por un acto desprevenido expone al oprobio
la causa de Dios, o debilita las manos de sus colaboradores, echa
sobre su propio carácter una mancha que no se quitará con facilidad,
y pone un obstáculo grave en el camino de su utilidad futura.
“Los que dejan la ley, alaban a los impíos.”
Proverbios 28:4
.
Cuando los que se unen con el mundo, aunque haciendo alarde
de gran pureza, abogan por la unión con los que siempre se han
opuesto a la causa de la verdad, debemos temerlos y rehuírlos con la
misma decisión que revelaba Nehemías. El enemigo de todo bien
es el que inspira tales consejos. Se trata de palabras provenientes de
personas mercenarias, y se les debe resistir tan resueltamente hoy
como antaño. Cualquier influencia tendiente a hacer vacilar la fe del
pueblo de Dios en su poder guiador debe ser resistida con firmeza.
En la resuelta devoción de Nehemías a la obra de Dios, y en su
igualmente firme confianza en Dios, residía la razón del fracaso que
sufrieron sus enemigos al tratar de atraerlo adonde lo tuviesen en su
poder. El alma indolente cae fácilmente presa de la tentación; pero
en la vida que tenga nobles fines y un propósito absorbente, el mal
encuentra poco lugar donde asentar el pie. La fe del que progresa
constantemente no se debilita; porque encima, debajo y más allá de
lo que se ve reconoce al amor infinito que obra todas las cosas para
cumplir su buen propósito. Los verdaderos siervos de Dios obran
con determinación inagotable, porque dependen constantemente del
trono de la gracia.
El Señor ha provisto auxilio divino para todas las emergencias
a las cuales no pueden hacer frente nuestros recursos humanos.
Nos da el Espíritu Santo para ayudarnos en toda estrechez, para
fortalecer nuestra esperanza y seguridad, para iluminar nuestros
espíritus y purificar nuestros corazones. Provee oportunidades y