Página 433 - Profetas y Reyes (1957)

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Maquinaciones paganas
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oportunidades para interpretar con falsedad las palabras y los actos
de Nehemías e impedir su obra.
Cuando los pobres y oprimidos habían apelado a Nehemías para
que corrigiese los daños que sufrían, él se levantó osadamente en su
defensa y logró que los malhechores quitasen el oprobio que pesaba
sobre ellos. Pero no quería ejercer ahora en favor suyo la autoridad
que había ejercido en favor de sus compatriotas oprimidos. Algunos
habían respondido a sus esfuerzos con ingratitud y traición, pero él
no se valió de su poder para castigar a los traidores. Con serenidad y
desinterés, siguió sirviendo al pueblo, sin cejar en sus esfuerzos ni
permitir que disminuyese su interés.
Satanás dirigió siempre sus asaltos contra los que procuraban
hacer progresar la obra y causa de Dios. Aunque a menudo se ve
frustrado, con la misma frecuencia renueva sus ataques, dándoles
más vigor y usando medios que hasta entonces no probó. Pero su
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manera de obrar en secreto mediante aquellos que se dicen amigos
de la obra de Dios, es la más temible. La oposición abierta puede
ser feroz y cruel, pero encierra mucho menos peligro para la causa
de Dios que la enemistad secreta de aquellos que, mientras profesan
servir a Dios, son de corazón siervos de Satanás. Están en situa-
ción de poner toda ventaja en las manos de aquellos que usarán
su conocimiento para estorbar la obra de Dios y perjudicar a sus
siervos.
Toda estratagema que pueda sugerir el príncipe de las tinieblas
será empleada para inducir a los siervos de Dios a confederarse
con los agentes de Satanás. Les llegarán repetidamente solicitudes
para apartarlos de su deber; pero, como Nehemías, deben contestar
firmemente: “Yo hago una grande obra, y no puedo ir.” En plena
seguridad, los que trabajan para Dios pueden seguir adelante con su
obra y dejar que sus esfuerzos refuten las mentiras que la malicia
invente para perjudicarles. Como los que construían los muros de
Jerusalén, deben negarse a permitir que las amenazas, las burlas o las
mentiras los distraigan de su obra. Ni por un momento deben relajar
su vigilancia; porque hay enemigos que de continuo les siguen los
pasos. Siempre deben elevar su oración a Dios y poner “guarda
contra ellos de día y de noche.”
Nehemías 4:9
.
A medida que se acerca el tiempo del fin, se harán sentir con
más poder las tentaciones a las cuales Satanás somete a los que