Página 68 - Profetas y Reyes (1957)

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Capítulo 7—Jeroboam
Colocado sobre el trono por las diez tribus de Israel que se habían
rebelado contra la casa de David, Jeroboam, que fuera antes siervo de
Salomón, se vió en situación de ejecutar sabias reformas en asuntos
civiles y religiosos. Bajo el gobierno de Salomón, había demostrado
buenas aptitudes y juicio seguro, de manera que el conocimiento que
había adquirido durante los años de servicio fiel le habían preparado
para gobernar con discreción. Pero Jeroboam no confió en Dios.
Su mayor temor era que en algún tiempo futuro los corazones de
sus súbditos fuesen reconquistados por el gobernante que ocupaba
el trono de David. Razonaba que si permitía a las diez tribus que
visitasen a menudo la antigua sede de la monarquía judía, donde los
servicios del templo se celebraban todavía como durante el reinado
de Salomón, muchos se sentirían inclinados a renovar su lealtad
al gobierno cuyo centro estaba en Jerusalén. Consultando a sus
consejeros, Jeroboam resolvió reducir hasta donde fuese posible por
un acto atrevido la probabilidad de una rebelión contra su gobierno.
Lo iba a obtener creando dentro de los límites del nuevo reino dos
centros de culto, uno en Betel y el otro en Dan. Se invitaría a las
diez tribus a que se congregasen para adorar a Dios en esos lugares,
en vez de hacerlo en Jerusalén.
Al ordenar este cambio, Jeroboam pensó apelar a la imaginación
de los israelitas poniendo delante de ellos alguna representación
visible que simbolizase la presencia del Dios invisible. Mandó, pues,
hacer dos becerros de oro y los colocó en santuarios situados en los
centros designados para el culto. Con este esfuerzo por representar
la Divinidad, Jeroboam violó el claro mandamiento de Jehová: “No
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te harás imagen, ... no te inclinarás a ellas, ni las honrarás.”
Éxodo
20:4, 5
.
Tan intenso era el deseo que tenía Jeroboam de mantener a
las diez tribus alejadas de Jerusalén, que no percibió la debilidad
fundamental de su plan. No consideró el gran peligro al cual exponía
a los israelitas cuando puso delante de ellos el símbolo idólatra
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