Jeroboam
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años ulteriores a la división del reino, Elías y Eliseo iban a aparecer
y trabajar, e iban a oírse en la tierra las tiernas súplicas de Oseas,
Amós y Abdías. Nunca iba a ser dejado el reino de Israel sin nobles
testigos del gran poder de Dios para salvar a los hombres del pecado.
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Aun en las horas más sombrías, algunos iban a permanecer fieles a
su Gobernante divino, y en medio de la idolatría vivirían sin mancha
a la vista de un Dios santo. Esos fieles se contaron entre el residuo
de los buenos por medio de quienes iba a cumplirse finalmente el
eterno propósito de Jehová.
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