Página 13 - Reavivamientos Modernos (1974)

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conclusiones. Descubrieron verdades bíblicas que por mucho tiempo
habían sido ignoradas, en tanto que la atención de la gente se había
enfocado sobre la preparación para el regreso de Cristo. Pero la gran
mayoría de los adventistas rechazaron todo ese estudio y todas esas
explicaciones.
En su visión de 1845, Elena vio a los adventistas postrándose
delante del trono de Dios en oración. Unos pocos de ellos se levan-
taron y siguieron a Jesús por la fe mientras la obra de Cristo era
transferida al lugar santísimo. Recibieron el Espíritu Santo y “había
luz, poder y mucho amor, gozo y paz”.
Pero la mayor parte de los grupos permanecieron arrodillados
delante del trono. Continuaron orando allí, aun cuando Cristo había
salido. Satanás apareció para tomar el lugar de Cristo en el trono
a fin de contestar sus oraciones. Elena vio a este grupo mirando
hacia arriba, sin saber a quién estaban orando, mientras pedía el
Espíritu Santo. Ella describió lo que vio en visión de esta manera:
“Satanás soplaba entonces sobre ella [la compañía postrada delante
del trono] una influencia impía; en ella había luz y mucho poder,
pero nada de dulce amor, gozo ni paz. El objeto de Satanás era
mantenerla engañada, arrastrarla hacia atrás y seducir a los hijos de
Dios”.—
Primeros Escritos, 55, 56
.
La experiencia de estos dos grupos de adventistas de 1845 nos
recuerda que puede haber una experiencia genuina y una experiencia
falsificada, aun entre los que profesan ser sinceros. Dios desea que
cada uno de nosotros tenga la genuina experiencia de los que han
nacido de nuevo, seguida por una vida de feliz realización cristiana.
[8]
Pero Satanás se esfuerza por convencernos de que hay caminos más
cortos y más fáciles. Es evidente que ambas posiciones no pueden
ser correctas.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día nació en tiempos difí-
ciles e interesantes. La mayor parte de los que participaron en sus
comienzos eran jóvenes, y sin embargo esas personas se hallaban
profundamente consagradas al estudio de la Palabra, y estaban an-
siosas de testificar acerca de su fe. El relato bíblico muestra que
Dios a menudo llamó a jóvenes como sus testigos más efectivos en
tiempo de crisis.
En estos últimos momentos de la pecaminosa historia de la tierra,
los tiempos se presentan de nuevo difíciles y a la vez excitantes.