Página 12 - Reavivamientos Modernos (1974)

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Reavivamientos Modernos
que están fuera de nosotros mismos así como contra tendencias y
debilidades pecaminosas que se hallan dentro de nosotros. Existen
numerosos desvíos también. Y por supuesto, está siempre el camino
ancho, con su poderoso atractivo. Satanás introduce falsificaciones
para confundirnos y desanimarnos. Pero gracias a Dios, existen
instrucciones claras para mostrarnos el camino de la vida eterna.
Las siguientes son preguntas típicas que se hacen hoy en día.
¿Cómo podemos explicar el poder que acompaña los reavivamientos
populares en los cuales no se hace ningún esfuerzo para honrar la
ley de Dios? ¿Qué diremos del movimiento de hablar en lenguas que
se nota en algunas iglesias protestantes y católicas? ¿Son reales los
milagros de sanamiento que caracterizan a algunos de los reaviva-
mientos de nuestro tiempo? ¿Puede Dios obrar milagros por medio
de aquellos que proclaman el perdón del pecado por medio de Cristo
y sin embargo enseñan a otros a ignorar los diez mandamientos
como innecesarios o imposibles?
Es evidente, por un estudio de la historia, que no todos los reavi-
vamientos son inspirados por Dios. Cada vez que ha habido un
reavivamiento genuino se han presentado también falsificaciones.
La Biblia nos dice que Satanás puede realizar milagros y que los
hace. El quisiera, si le fuera posible, engañar a los propios escogidos.
No podremos confiar en lo que vemos, oímos y sentimos.
No es el propósito de este libro emitir un juicio sobre los reaviva-
mientos populares de estos días. ¿Quién puede dudar de que existen
conversiones genuinas en algunas de estas reuniones? De hecho,
podemos dar un paso más y sugerir que sanamientos verdaderos pue-
den resultar del ejercicio de la fe en la Palabra de Dios. En algunos
casos esto puede ocurrir
a pesar
del evangelista, y no necesariamen-
te
debido
a él. Es el propósito de este libro, más bien, considerar
[7]
ciertos criterios que nos ayudan a distinguir entre lo verdadero y lo
falso.
En una de sus primeras visiones, Elena Harmon (White), que
a la sazón tenía 17 años, recibió un mensaje inusitado. Era en fe-
brero de 1845. Cuando Cristo no regresó a esta tierra como se lo
había esperado algunos meses antes, los adventistas chasqueados
se dividieron y se confundieron. Por medio del estudio de la Biblia
algunos de ellos encontraron una explicación para su chasco. Las
visiones que se le dieron a Elena Harmon ayudaron a confirmar estas