Capacitados para discernir entre la verdad y el error, 27 de
abril
Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan
como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se
disfraza como ángel de luz.
2 Corintios 11:13, 14
.
La verdad es eficaz y, al obedecerla, es poder que transforma la mente a la
imagen de Cristo. La verdad tal cual es en Jesús es la que sensibiliza la conciencia
y convierte la mente y el corazón mediante el Espíritu Santo. Sin embargo, hay
muchos que, careciendo de discernimiento espiritual, toman la letra desnuda de
la Palabra y la encuentran desprovista del Espíritu de Dios, lo cual no vivifica la
mente ni santifica el corazón. Pueden ser capaces de citar el Antiguo Testamento y
el Nuevo Testamento, y conocer las órdenes y las promesas de la Palabra de Dios,
pero a menos que el Espíritu Santo afirme la verdad en el corazón e ilumine la
mente con la luz divina, nadie caerá sobre la Roca y será quebrantado, porque él
es el agente divino que vincula al creyente con Dios.
Sin la iluminación del Espíritu de Dios no estaremos en condiciones de dis-
cernir entre la verdad y el error. En consecuencia, caeremos en las trampas y los
engaños maestros que Satanás armará para el mundo. Estamos cerca del fin de la
controversia entre el Príncipe de la luz y el príncipe de las tinieblas, y pronto los
engaños del enemigo probarán nuestra fe. Satanás obrará milagros en presencia
de la bestia, y engañará “a los moradores de la tierra con las señales que se le ha
permitido hacer en presencia de la bestia”.
Apocalipsis 13:14
.
Pero, aunque el príncipe de este mundo cubra la tierra de oscuridad y de
tinieblas, el Señor manifestará a la gente su poder de conversión. Hay una obra
que todavía debe hacerse, similar a que se realizó en ocasión del derramamiento
del Espíritu Santo en los días de los discípulos, cuando predicaron a Cristo y
a Cristo crucificado. Muchos se convertirán en un solo día, porque el mensaje
avanzará con poder. Por esto puedo decir: “Pues nuestro evangelio no llegó a
vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo”.
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Tesalonicenses 1:5
. Es el Espíritu Santo el que conduce a los creyentes a Cristo,
por cuanto él toma los asuntos de Dios y los muestra a los pecadores. Jesús dijo:
“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”.
Juan 16:14
.—
The
Review and Herald, 29 de noviembre de 1892
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