Fe que obra, 6 de julio
¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de
Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas,
taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de
espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas,
pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
Hebreos 11:32-34
.
La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor qué es lo que
nos conviene. Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro. En vez
de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza;
en vez de nuestra pecaminosidad, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, ya
somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición. La
verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la
vida. Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios.
Todo buen impulso o aspiración es un don de Dios; la fe recibe de Dios la
única vida que puede producir desarrollo y eficiencia verdaderos.
Se debería explicar claramente cómo se puede ejercer fe. Toda promesa de
Dios tiene ciertas condiciones. Si estamos dispuestos a hacer su voluntad, toda su
fuerza nos pertenece. Cualquier don que nos prometa se encuentra en la promesa
misma. “La semilla es la palabra de Dios”.
Lucas 8:11
. Tan ciertamente como
se encuentra la semilla del roble en la bellota, se encuentra el don de Dios en su
promesa. Si recibimos la promesa, recibimos el don.
La fe que nos capacita para recibir los dones de Dios, es en sí misma un don
del cual se imparte una porción a cada ser humano. Aumenta a medida que se la
usa para asimilar la Palabra de Dios. A fin de fortalecer la fe debemos ponerla a
menudo en contacto con la Palabra.
Al estudiar la Biblia, el estudiante debería ser inducido a ver el poder de la
Palabra de Dios. En ocasión de la creación, “él dijo, y fue hecho; él mandó, y
existió”. El “llama las cosas que no son, como si fuesen” (
Salmos 33:9
;
Romanos
4:17
), porque cuando las llama, entonces existen.—
La Educación, 253, 254
.
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