Para afrontar el fanatismo, 15 de agosto
Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor
Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con
nuestros propios ojos su majestad.
2 Pedro 1:16
.
En años pasados, vez tras vez se me pidió que proteste contra los esquemas
fantasiosos y repulsivos presentados por diversas personas. Mi mensaje ha sido
siempre: Predicad la Palabra con sencillez y humildad; presentad a la gente la
verdad nítida y sin adulterar. No deis acceso a movimientos fanáticos, porque
debido a su influencia se producirá confusión de las ideas, desánimo y falta de fe
entre el pueblo de Dios...
Cuandoquiera que se me ha llamado a enfrentar el fanatismo en sus diversas
formas, he recibido instrucción clara, positiva y definida en el sentido de alzar
la voz contra su influencia. En el caso de algunas personas, el maligno se ha
manifestado en la forma de pruebas de factura humana destinadas a obtener
conocimiento acerca de la voluntad de Dios; se me mostró que esto constituía
un engaño, que se había convertido en una infatuación y que era contrario a la
voluntad del Señor. Si seguimos tales métodos estaremos colaborando con los
planes del enemigo. En tiempos pasados, algunos creyentes tenían gran fe en el
acto de establecer señales mediante las cuales decidir cuál era su deber. Algunos
tenían tanta confianza en esas señales que llegaron al punto de intercambiar
esposas, introduciendo de este modo el adulterio en la iglesia.
Se me ha mostrado que se repetirían los engaños que tuvimos que enfrentar en
las primeras experiencias del mensaje, y que tendremos que volver a encontrarlos
en los días finales de la obra. En tales circunstancias, se requiere que coloquemos
todas nuestras facultades bajo el control de Dios, ejerciéndolas de acuerdo con
la luz que él nos ha proporcionado. Leed los capítulos cuatro y cinco de Mateo.
Estudiad
Mateo 4:8-10
; también el
capítulo 5:13
. Meditad acerca de la obra
sagrada que Jesús llevó a cabo. Así es como debemos introducir en nuestro trabajo
los principios de la Palabra de Dios.—
Mensajes Selectos 2:32
.
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