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Débora y barac, 7 de septiembre
Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: Por haberse
puesto al frente los caudillos de Israel, por haberse ofrecido
voluntariamente el pueblo, load a Jehová.
Jueces 5:1, 2
.
Los israelitas, habiéndose separado de Dios por la idolatría, fueron cruelmente
oprimidos por los enemigos. La propiedad y aun las vidas de la gente estaban
en constante peligro. Por ello las aldeas y las viviendas solitarias habían sido
abandonadas, y la población se congregaba en las ciudades amuralladas. Los
caminos principales estaban vacíos, y la gente iba de un lugar a otro por solitarios
caminos secundarios. En los lugares de donde sacaban agua, muchos eran asaltados
y aun asesinados, y, para mayor angustia, los israelitas estaban desarmados. Entre
cuarenta mil hombres no había una espada ni una lanza.
Durante veinte años el pueblo se quejó bajo el yugo de los opresores. Entonces
se volvió de su idolatría, y con humillación y arrepentimiento clamó al Señor por
liberación. No imploró en vano. Vivía en Israel una mujer ilustre por su piedad, y
el Señor la eligió para liberar a Israel. Su nombre era Débora. Se la conocía como
profetisa; y, en ausencia de los magistrados corrientes, la gente recurría a ella en
busca de consejo y justicia.
El Señor le comunicó su propósito de destruir a los enemigos de Israel, y le
pidió que enviara a buscar a un hombre llamado Barac, de la tribu de Neftalí, y
que le diera a conocer las instrucciones que había recibido. En consecuencia, lo
mandó llamar y le indicó que reuniera diez mil hombres, de las tribus de Neftalí y
Zabulón, y declarara la guerra a los ejércitos del rey Jabín...
Débora celebró el triunfo de Israel en un himno sublime y apasionado. Atribuyó
toda la gloria de la liberación a Dios, y pidió a la gente que lo alabara por sus
maravillosas obras.—
The Signs of the Times, 16 de junio de 1881
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