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Josías y Hulda, 16 de septiembre
Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de
las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de
Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no
escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que
nos fue escrito.
2 Reyes 22:13
.
Desde los comienzos en su vida madura, Josías había procurado aprovechar
su posición como rey para exaltar los principios de la santa ley de Dios. Y ahora,
mientras Safán el escriba le leía del libro de la ley, el rey descubrió en este tomo
un tesoro de conocimiento y un poderoso aliado en la obra de reforma que él
tanto había deseado realizar en su tierra. Resolvió andar a la luz de sus consejos, y
también hacer todo lo que estuviera a su alcance para enseñar a su pueblo estas
instrucciones, y, si era posible, conducirlo a cultivar reverencia y amor por la ley
del cielo.
Pero, ¿sería posible producir la reforma necesaria? Por todo lo que podía
captar de la lectura del libro que estaba ante él, Israel casi había llegado al límite
de la paciencia divina; pronto Dios se levantaría para castigar a quienes habían
arrojado deshonra a su nombre. La ira de Dios ya estaba encendida contra el
pueblo. Abrumado de dolor y desánimo, Josías rompió sus vestiduras y se inclinó
ante Dios con agonía de espíritu, procurando el perdón por los pecados de una
nación impenitente.
En ese tiempo, la profetisa Hulda vivía en Jerusalén, cerca del templo. La
mente del rey, llena de angustiosos presagios, se volvió hacia ella, y decidió
consultar al Señor mediante su mensajera elegida, para averiguar si había algún
medio a su alcance para salvar al errante Judá, ahora al borde de la ruina.
La gravedad de la situación, y el respeto que tenía por la profetisa, lo con-
dujeron a elegir a los principales de su reino como sus mensajeros. “Id”—les
pidió—, “y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca
de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová
que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon
las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito”.
2
Reyes 22:13
.—
The Review and Herald, 22 de julio de 1915
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