El espíritu puede ser agraviado, 25 de enero
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para
el día de la redención.
Efesios 4:30
.
Quisiera que todos mis hermanos y hermanas pudieran recordar que es un
asunto serio contristar al Espíritu Santo. Se entristece cuando el agente humano
actúa en forma independiente, y cuando rehúsa entrar en el servicio del Señor
porque considera que la cruz es muy pesada, o el renunciamiento demasiado gran-
de. El Espíritu busca habitar en cada creyente, y si es bienvenido como huésped
de honor, los que lo reciben llegarán a ser perfectos en Cristo. La buena obra
comenzada será concluida, y los pensamientos santos, los sentimientos celestiales
y las acciones semejantes a las de Cristo ocuparán el lugar de los pensamientos
impuros, los sentimientos perversos y los actos de rebeldía.
El Espíritu Santo es el maestro divino. Si deseamos aprender sus lecciones,
llegaremos a ser sabios en la salvación. Sin embargo, necesitamos guardar bien
nuestros corazones, puesto que con frecuencia olvidamos las instrucciones divinas
que nos instan a no proceder de acuerdo con las inclinaciones naturales de una
mente no consagrada. Cada uno necesita pelear su propia batalla contra el egoísmo.
Preste atención a las enseñanzas del Espíritu Santo. Si las escucha, las repetirá
una y otra vez hasta que las impresiones se graben en forma indeleble, como si
hubieran sido esculpidas en la roca.
Siendo que Dios nos compró, reclama un trono en cada corazón. Mente y
cuerpo tienen que estar subordinados a él. Los hábitos naturales y apetitos, deben
quedar subyugados por los deseos más elevados del ser. Sin embargo, no podemos
depender de nosotros mismos para realizar esta obra. Es imposible estar seguros
si pretendemos ser nuestros propios guías. El Espíritu Santo debe renovarnos y
santificarnos. En el servicio de Dios no puede haber obras a medias. Los que
profesan servirle y son indulgentes con sus impulsos naturales, van a descarriar
a otros creyentes. Cristo dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente”.
Mateo 22:37
. “Haz esto, y vivirás”.
Lucas
10:28
.—
Manuscript Releases 18:47, 48
.
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