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Se despierta la ira de Satanás, 27 de noviembre
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros.
1 Pedro 5:7, 8
.
Si el mundo debe ser convencido de pecado como transgresor de la ley de
Dios, lo será gracias al Espíritu Santo obrando a través de instrumentos humanos.
La iglesia necesita sacudirse ahora de su sueño mortal, porque el Señor está
esperando para bendecir a su pueblo, que reconocerá la bendición cuando llegue y
la difundirá por medio de fuertes y claros rayos de luz. “Esparciré sobre vosotros
agua limpia, y seréis limpiados... Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré
que andéis en mis estatutos”.
Ezequiel 36:25, 27
.
Si el desierto de la iglesia va a convertirse en un campo fértil, y si el campo
fértil va a volverse como un bosque, será mediante el Espíritu Santo de Dios
derramado sobre su pueblo. Los agentes celestiales han estado esperando durante
mucho tiempo a los instrumentos humanos, los miembros de la iglesia, para
cooperar con ellos en la gran obra que debe ser llevada a cabo. Lo están esperando
a usted. Es tan amplio el campo, tan extenso el plan, que cada corazón santificado
será compelido al servicio como agente del poder divino.
Al mismo tiempo, en forma encubierta habrá un poder agitándolo todo. La
acción de los ángeles caídos se manifestará en la forma de engaños, calamidades,
desastres y crímenes que superarán todo lo conocido. Mientras Dios emplea a
los ángeles de misericordia para obrar por medio de sus instrumentos humanos,
Satanás pone en acción a sus agentes, exigiendo tributo a todos los poderes que se
someten a su control. Habrá muchos señores y muchos dioses. Se oirá el clamor:
“Aquí está Cristo”, y “Allí está”. En todas partes las astutas maquinaciones de
Satanás revelarán sus obras con el propósito de distraer la atención del deber
presente. La aparición de un falso cristo despertará esperanzas engañosas en las
mentes de quienes se permitan ser engañados. Los miembros de la iglesia que están
despiertos se levantarán ante la emergencia para presentar las manifestaciones del
poder satánico en su verdadera luz delante de la gente.—
The General Conference
Bulletin, 28 de febrero de 1893
.
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