Página 118 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
lan Page era un pobre mecánico de capacidad normal y educación
limitada; pero hizo que el progreso de la causa de Dios fuera su
principal ocupación, y sus esfuerzos fueron coronados con señalado
éxito. Trabajaba por la salvación de sus semejantes valiéndose de
la conversación privada y la oración ferviente. Estableció reuniones
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de oración, organizó escuelas dominicales, y distribuyó folletos y
otro material de lectura religiosa. Y en su lecho de muerte, mientras
las sombras de la eternidad descansaban sobre su semblante, pudo
decir: “Sé que todo lo que hice lo realicé por la gracia de Dios y
no por ningún mérito; pero creo que tengo evidencia de que más
de cien almas han sido convertidas a Dios por medio de mi trabajo
personal”.—
Testimonies for the Church 5:307, 308
.
Este mundo no es el cielo del cristiano, sino meramente el taller
de Dios, donde hemos de adquirir la capacidad de unirnos con los
ángeles inmaculados en un cielo santo.—
Testimonies for the Church
2:187
.
Los más humildes y más pobres de los discípulos de Jesús pue-
den ser una bendición para otros. Pueden no echar de ver que están
haciendo algún bien especial, pero por su influencia inconsciente
pueden derramar bendiciones abundantes que se extiendan y profun-
dicen, y cuyos benditos resultados no se conozcan hasta el día de
la recompensa final. Ellos no sienten ni saben que están haciendo
alguna cosa grande. No necesitan cargarse de ansiedad por el éxito.
Tienen solamente que seguir adelante con tranquilidad, haciendo
fielmente la obra que la providencia de Dios indique, y su vida no
será inútil. Sus propias almas crecerán cada vez más a la semejanza
de Cristo; son colaboradores de Dios en esta vida, y así se están
preparando para la obra más elevada y el gozo sin sombra de la vida
venidera.—
El Camino a Cristo, ed. 1952, 86, 87
.
Hay muchos que se han entregado a Cristo, y sin embargo no
ven la oportunidad de hacer una gran obra o grandes sacrificios en
su servicio. Estos pueden encontrar consuelo en el pensamiento de
que no es necesariamente la entrega que se hace en el martirio la
que es más agradable a Dios; puede ser que no sea el misionero que
diariamente ha soportado el peligro y encarado la muerte, el que se
destaque en primer plano en los registros celestiales. El cristiano que
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lo es en su vida privada, en la entrega diaria del yo, en la sinceridad
de propósito y la pureza de pensamiento, en la mansedumbre que