Página 134 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
conversar, orar y simpatizar con ella, ganaréis sus corazones. Esta
es la obra misionera más elevada que pueda realizarse. Para hacerla,
necesitaréis una fe resuelta y perseverante, una paciencia invariable
y un profundo amor a las almas.—
Testimonies for the Church 9:41
.
Con el llamamiento de Juan, Andrés, Simón, Felipe y Natanael,
empezó la fundación de la iglesia cristiana. Juan dirigió a dos de
sus discípulos a Cristo. Entonces uno de éstos. Andrés, halló a
su hermano, y lo llevó al Salvador. Luego Felipe fué llamado, y
buscó a Natanael. Estos ejemplos deben enseñarnos la importancia
del esfuerzo personal, de dirigir llamamientos directos a nuestros
parientes, amigos y vecinos. Hay quienes durante toda la vida han
profesado conocer a Cristo, y sin embargo, no han hecho nunca un
esfuerzo personal para traer siquiera un alma al Salvador. Dejan
todo el trabajo al predicador. Tal vez él esté bien preparado para
su vocación, pero no puede hacer lo que Dios ha dejado para los
miembros de la iglesia.
Son muchos los que necesitan el ministerio de corazones cris-
tianos amantes. Muchos han descendido a la ruina cuando podrían
haber sido salvados si sus vecinos, hombres y mujeres comunes,
hubiesen hecho algún esfuerzo personal en su favor. Muchos están
aguardando a que se les hable personalmente. En la familia misma,
en el vecindario, en el pueblo en que vivimos, hay para nosotros
trabajo que debemos hacer como misioneros de Cristo. Si somos
creyentes, esta obra será nuestro deleite. Apenas se ha convertido
uno cuando nace en él el deseo de dar a conocer a otros cuán precio-
so amigo ha hallado en Jesús. La verdad salvadora y santificadora
no puede quedar encerrada en su corazón.—
El Deseado de Todas
las Gentes, 115, 116
.
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Uno de los medios más eficaces por los cuales se puede comuni-
car la luz, es por el esfuerzo privado y personal. En el círculo de la
familia, en los hogares de nuestros vecinos, al lado de los enfermos,
muy quedamente podemos leer las Escrituras y decir una palabra
en favor de Jesús y la verdad. Así podemos sembrar una semilla
preciosa que brotará y dará fruto.—
Joyas de los Testimonios 3:62
.
La sal tiene que unirse a la materia a la cual se la añade; tiene que
entrar e infiltrarse para preservar. Así, por el contacto y la asociación
personales, el poder salvador del Evangelio llega hasta el hombre. No
se salvan en grupos, sino individualmente. La influencia personal es