Página 139 - Servicio Cristiano (1981)

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Los métodos
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¿Cuál es vuestro credo? ¿A qué iglesia pertenecéis? Ejercía su fa-
cultad de ayudar en favor de todos los que necesitaban ayuda. En
vez de aislarse en una celda de ermitaño a fin de mostrar su carácter
celestial, trabajaba fervientemente por la humanidad. Inculcaba el
principio de que la religión de la Biblia no consiste en la mortifica-
ción del cuerpo. Enseñaba que la religión pura y sin mácula no está
destinada solamente a horas fijas y ocasiones especiales. En todo
momento y lugar, manifestaba amante interés por los hombres, y
difundía en derredor suyo la luz de una piedad alegre.—
El Deseado
de Todas las Gentes, 69, 70
.
Frente a sus prejuicios, aceptaba la hospitalidad de este pue-
blo despreciado. Dormía bajo sus techos, comía en sus mesas—
participando de los alimentos preparados y servidos por sus manos,—
enseñaba en sus calles, y lo trataba con la mayor bondad y cortesía.—
El Deseado de Todas las Gentes, 161
.
Manifestad interés y simpatía
Los que pelean la batalla de la vida con grandes desventajas
pueden ser refrigerados y fortalecidos por pequeñas atenciones que
nada cuestan. Las palabras bondadosas dichas con sencillez, las
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pequeñas atenciones concedidas sin artificio, barrerán las nubes de la
tentación y la duda acumuladas sobre el alma. La verdadera y cordial
expresión de una simpatía semejante a la de Cristo, manifestada
con simplicidad, tiene poder para abrir las puertas de los corazones
que necesitan el simple, delicado toque del Espíritu de Cristo.—
Testimonies for the Church 9:30
.
Millares de corazones pueden ser alcanzados de esta manera
muy sencilla y humilde. Los más intelectuales, aquellos que son
considerados y alabados como los hombres y mujeres más talentosos
del mundo, quedan con frecuencia refrigerados por las sencillas
palabras que fluyen de un corazón que ama a Dios y que puede
hablar de ese amor con tanta naturalidad como los mundanos hablan
de las cosas que su mente contempla y recibe como alimento. Con
frecuencia las palabras bien preparadas y estudiadas tienen poca
influencia. Pero las palabras veraces y sinceras de un hijo o una hija
de Dios, dichas con sencillez natural, abrirán la puerta de corazones