Página 179 - Servicio Cristiano (1981)

Basic HTML Version

Libertad religiosa
175
poca importancia que no merece mucha atención, y hasta les ha
[203]
parecido que si se la dedicasen, estarían ocupando su tiempo en
cuestiones ajenas al mensaje del tercer ángel. El Señor perdone a
nuestros hermanos por haber interpretado así el mensaje destinado a
este tiempo.—
Joyas de los Testimonios 2:322
.
Durante muchos años hemos sabido que se promulgaría una
ley dominical en nuestro país; y ahora que el movimiento se ha
producido, preguntamos: ¿Cumplirá nuestro pueblo con su deber al
respecto? ¿No podemos ayudar a enarbolar el estandarte y llamar al
frente a los que tienen consideración por sus derechos y privilegios
religiosos? Se está acercando rápidamente el momento en que los
que prefieran obedecer a Dios antes que a los hombres, sentirán la
mano de la opresión. ¿Deshonraremos entonces a Dios guardando
silencio mientras se pisotean sus santos mandamientos?
Mientras que por su actitud el mundo protestante hace conce-
siones a Roma, despertémonos y comprendamos la situación, y
consideremos la verdadera orientación de la contienda que nos es-
pera. Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es
verdad presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde es-
tamos en la historia profética, y procuremos despertar el espíritu
del verdadero protestantismo, haciendo sentir al mundo el valor de
los privilegios de la libertad religiosa que se han disfrutado durante
tanto tiempo.—
Joyas de los Testimonios 2:323
.
El pueblo de nuestro país necesita ser despertado para resistir
los avances de éste, el más peligroso adversario de la libertad civil y
religiosa.—
The Spirit of Prophecy 4:382
.
¿Permaneceremos sentados, cruzados de brazos, y sin hacer nada
en esta crisis? ... Dios nos ayude a despertarnos del estupor que
nos ha dominado durante años.—
The Review and Herald, 18 de
[204]
diciembre de 1888
.
Una conducta sabia
Desafiar las leyes dominicales no haría más que fortalecer el
espíritu perseguidor de los fanáticos que se esfuerzan por hacerlas
ejecutar. No les deis ocasión de llamaros violadores de las leyes.
Si no les dejáis otra tarea que la de refrenar a hombres que no
temen a Dios ni al hombre, dicha tarea no tardará en perder su