Página 20 - Servicio Cristiano (1981)

Basic HTML Version

El llamado de Dios al servicio
Depende de instrumentos humanos
Dios no escoge para que sean sus representantes entre los hom-
bres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, a hombres
de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar.
Cristo se humanó a fin de poder alcanzar a la humanidad. Se necesi-
taba un Salvador a la vez divino y humano para traer salvación al
mundo. Y a los hombres y mujeres ha sido confiado el sagrado co-
metido de dar a conocer “las inescrutables riquezas de Cristo”.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 109
.
Contemplemos la impresionante escena. Miremos a la Majestad
del cielo rodeada por los doce que había escogido. Está por apartarlos
para su trabajo. Por estos débiles agentes, mediante su Palabra y
Espíritu, se propone poner la salvación al alcance de todos.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 16
.
“Envía pues ahora hombres a Joppe, y haz venir a un Simón.”
Con esta orden, Dios dió evidencia de su consideración por el minis-
terio evangélico y por su iglesia organizada. El ángel no fué enviado
a relatar a Cornelio la historia de la cruz. Un hombre, sujeto como
el centurión mismo, a las flaquezas y tentaciones humanas, había
de ser quien le hablase del Salvador crucificado y resucitado.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 109
.
El ángel enviado a Felipe podría haber efectuado por sí mismo
la obra en favor del etíope; pero no es tal el modo que Dios tiene
de obrar. Su plan es que los hombres trabajen en beneficio de sus
prójimos.—
Los Hechos de los Apóstoles, 90
.
“Tenemos empero este tesoro—continuó el apóstol—, en vasos
de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros.”
Dios podría haber proclamado su verdad mediante ángeles inmacu-
[12]
lados, pero tal no es su plan. El escoge a los seres humanos, a los
hombres rodeados de flaquezas, como instrumentos para realizar sus
designios. El inestimable tesoro se coloca en vasos de barro. Me-
16