Página 202 - Servicio Cristiano (1981)

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La obra caritativa cristiana
Siguiendo las huellas divinas
Muchos piensan que sería un gran privilegio visitar el escenario
de la vida de Cristo en la tierra, andar donde él anduvo, mirar el lago
en cuya orilla se deleitaba en enseñar y las colinas y valles en los
cuales sus ojos con tanta frecuencia reposaron. Pero no necesitamos
ir a Nazaret, Capernaum y Betania para andar en las pisadas de Jesús.
Hallaremos sus huellas al lado del lecho del enfermo, en los tugurios
de los pobres, en las atestadas callejuelas de la gran ciudad, y en
todo lugar donde haya corazones humanos que necesiten consuelo.
Al hacer como Jesús hizo cuando estaba en la tierra, andaremos en
sus pisadas.—
El Deseado de Todas las Gentes, 579
.
Jesús obraba para aliviar todo caso de sufrimiento que viese. Te-
nía poco dinero que dar, pero con frecuencia se privaba de alimento
a fin de aliviar a aquellos que parecían más necesitados que él. Sus
hermanos sentían que la influencia de él contrarrestaba fuertemente
la suya. Poseía un tacto que ninguno de ellos tenía ni deseaba tener.
Cuando ellos hablaban duramente a los pobres seres degradados,
Jesús buscaba a estas mismas personas y les dirigía palabras de
aliento. Daba un vaso de agua fría a los menesterosos, y ponía que-
damente su propia comida en sus manos. Y mientras aliviaba sus
sufrimientos, asociaba con sus actos de misericordia las verdades
que enseñaba, y así quedaban grabadas en la memoria.—
El Deseado
de Todas las Gentes, 70
.
Un respaldo práctico
Los seguidores de Cristo han de trabajar como él obró. Hemos
de alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, y consolar a
los dolientes y afligidos. Hemos de ministrar a los que desesperan, e
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inspirar esperanza a los descorazonados. Y para nosotros se cumplirá
también la promesa: “Irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová
será tu retaguardia.”—
El Deseado de Todas las Gentes, 303
.
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