Página 215 - Servicio Cristiano (1981)

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El trabajo entre los extranjeros del país
Una obra de idéntica importancia que la de los campos
extranjeros
Despertad, despertad, mis hermanos y hermanas, y entrad en los
campos de Norteamérica que nunca han sido trabajados. Después
que hayáis dado algo para los campos extranjeros, no creáis que
vuestro trabajo ha terminado. Hay una obra que hacer en los campos
extranjeros, pero hay un trabajo de igual importancia que ha de
ser hecho en Norteamérica. En las ciudades de Norteamérica hay
personas de casi todas las lenguas. Ellas necesitan la luz que Dios
ha dado a su iglesia.—
Testimonies for the Church 8:36
.
Mientras se ponen en ejecución planes para amonestar a los ha-
bitantes de varias naciones de tierras distantes, mucho debe hacerse
en favor de los extranjeros que han venido a las playas de nuestro
propio país [Estados Unidos]. Las almas que están en la China no
son más preciosas que las que se hallan a la sombra de nuestras puer-
tas. Los hijos de Dios han de trabajar fielmente en los países lejanos,
a medida que la providencia divina abra el camino; y también han
de cumplir su deber hacia los extranjeros de diversas nacionalidades
que habitan en las ciudades y pueblos, así como en distritos rurales
cercanos.—
The Review and Herald, 25 de julio de 1918
.
En la ciudad de Nueva York, en Chicago, y en otros grandes cen-
tros de población, hay un numeroso elemento extranjero, multitudes
de personas de varias nacionalidades, y todas ellas prácticamente
sin amonestar. Entre los adventistas hay un gran celo—y no estoy
diciendo que hay demasiado—por trabajar en los países extranjeros;
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pero sería agradable para Dios si se manifestara un celo proporcio-
nado por trabajar en las ciudades cercanas. Su pueblo necesita actuar
cuerdamente. Necesita poner en marcha esta obra en las ciudades
con fervoroso esfuerzo. Hombres de consagración y talento han de
ser enviados a estas ciudades para ponerse al trabajo. Han de unirse
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