Página 229 - Servicio Cristiano (1981)

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La reunión misionera y de oración
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discursos largos y áridos ni oraciones formales simplemente para
ocupar el tiempo. Todos deben estar listos para hacer su parte con
prontitud, y cuando han cumplido su deber, la reunión debe clausu-
rarse. Así el interés será mantenido hasta el final. Esto es ofrecer a
Dios un culto aceptable. Su servicio debe ser hecho interesante y
atrayente, y no dejarse que degenere en una forma árida. Debemos
vivir por Cristo minuto tras minuto, hora tras hora y día tras día.
Entonces Cristo morará en nosotros, y cuando nos reunamos, su
amor estará en nuestro corazón, y al brotar como un manantial en el
desierto, refrescará a todos y dará a los que están por perecer avidez
por beber las aguas de vida.—
Joyas de los Testimonios 2:252
.
No imaginéis que podréis despertar el interés de los jóvenes
yendo a una reunión misionera y predicando un largo sermón. Idead
modos por los cuales pueda despertarse un vivo interés. De semana
en semana, deben los jóvenes traer sus informes, contando lo que han
tratado de hacer para el Salvador, y qué éxito tuvieron. Si la reunión
misionera fuese trocada en ocasión de dar semejantes informes,
no sería monótona, tediosa ni desprovista de interés. Sería muy
interesante, y no le faltaría asistencia.—
Obreros Evangélicos, 223
.
Cuando la fe eche mano de Cristo, la verdad deleitará el alma
y los servicios religiosos no serán áridos ni carentes de interés.
Nuestras reuniones de testimonios, ahora tibias y sin aliento, serán
vivificadas por el Espíritu Santo; y diariamente tendréis una rica
experiencia mientras practiquéis el cristianismo que profesáis.—
Joyas de los Testimonios 3:70
.
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El testimonio de la experiencia personal
Como seguidores de Cristo hemos de hacer que nuestras pa-
labras sean motivo de ayuda y ánimo mutuos en la vida cristiana.
Necesitamos hablar mucho más de lo que solemos de los capítulos
preciosos de nuestra experiencia.—
Lecciones Prácticas del Gran
Maestro, 309
.
La iglesia necesita la experiencia viva y fresca de los miembros
que gozan de comunión habitual con Dios. Las oraciones y los
testimonios áridos y rutinarios, exentos de la manifestación de Cristo
en ellos, no son de ayuda para la gente. Si cada uno que pretende ser
hijo de Dios estuviera lleno de fe, de luz y de vida, ¡qué admirable