Página 231 - Servicio Cristiano (1981)

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La reunión misionera y de oración
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himnos sagrados. Los mandamientos y las promesas de Dios fueron
provistos de música, y a lo largo de todo el sendero fueron cantados
por los peregrinos. Y en Canaán, al participar de las fiestas sagradas,
las maravillosas obras de Dios habían de ser repasadas, y se había
de ofrecer el agradecimiento debido a su nombre. Dios deseaba que
toda la vida de su pueblo fuera una vida de alabanza.—
Lecciones
Prácticas del Gran Maestro, 274
.
Un procedimiento peligroso
Algunos, por temor a sufrir la pérdida del tesoro terrenal, des-
cuidan la oración y el reunirse con los demás para el culto de Dios,
a fin de tener más tiempo para dedicar a sus granjas o a sus ne-
gocios. Muestran por sus obras sobre qué mundo colocan su más
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alta estima. Sacrifican los privilegios religiosos, que son esencia-
les para su progreso espiritual, por las cosas de esta vida, y dejan
de obtener un conocimiento de la voluntad divina. No alcanzan a
perfeccionar un carácter cristiano, y no llegan a la medida de Dios.
Ponen en primer lugar sus intereses temporales y mundanos, y des-
pojan a Dios del tiempo que deberían dedicar a su servicio. A tales
personas Dios las señala, y recibirán una maldición en vez de una
bendición.—
Testimonies for the Church 2:654
.
Una promesa consoladora
Dios recordará a los que se hayan reunido juntos y pensado en
su nombre, y los librará de la gran conflagración. Serán como joyas
preciosas a su vista.—
Testimonies for the Church 4:107
.
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