Página 236 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
La reforma en favor de la temperancia
Entre todos los que se llaman amigos de la temperancia, los
adventistas deben hallarse en primera fila.—
Obreros Evangélicos,
398
.
Acerca de la cuestión de la temperancia, mantened vuestra posi-
ción sin vacilar. Sed tan firmes como una roca.—
Obreros Evangéli-
cos, 409, 410
.
[271]
Tenemos que hacer una obra en los ramos de la temperancia ade-
más de hablar en público. Debemos presentar nuestros principios en
folletos, libritos y periódicos. Debemos emplear todo medio posible
para despertar a nuestro pueblo a fin de que cumpla con su deber de
ponerse en relación con los que no conocen la verdad. El éxito que
hemos obtenido en la obra misionera ha sido plenamente propor-
cionado a los esfuerzos abnegados que hemos hecho. El Señor solo
sabe cuánto podríamos haber logrado si nos hubiésemos humillado
delante de él y hubiésemos proclamado la verdad de la temperancia
de una manera clara y directa.—
Obreros Evangélicos, 399
.
La cuestión de la temperancia ha de recibir decidido apoyo de
parte del pueblo de Dios. La intemperancia está luchando por el
predominio; la complacencia propia va en aumento, y se necesitan
con urgencia publicaciones que traten el tema de la reforma pro
salud. Las publicaciones que versen sobre este punto son la mano
ayudadora del Evangelio, pues inducen a las almas a estudiar la
Biblia para obtener un conocimiento mejor de la verdad. Ha de
hacerse sonar la nota de amonestación contra el gran mal de la
intemperancia; y a fin de que esto se cumpla, cada observador del
sábado debiera estudiar y poner en práctica la instrucción contenida
en nuestros periódicos y libros sobre salud. Y han de hacer aún más
que esto: han de realizar esfuerzos fervientes por hacer circular estas
publicaciones entre sus vecinos.—
The Southern Watchman, 20 de
noviembre de 1902
.
Presénteseles el compromiso de abstinencia completa, aconse-
jándoseles que todo el dinero que pudieran gastar en bebidas, tabaco,
o cosas por el estilo, lo dediquen al alivio de los enfermos pobres,
o a la educación de niños y jóvenes para provecho del mundo.—
El
Ministerio de Curación, 202
.
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