Página 245 - Servicio Cristiano (1981)

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Requisitos para el servicio cristiano eficaz
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la verdad. La influencia natural e inconsciente de una vida santa es
el sermón más convincente que pueda predicarse en favor del cris-
tianismo. Los argumentos, aun cuando sean incontestables, pueden
provocar tan sólo oposición; mientras que un ejemplo piadoso tie-
ne un poder al cual es imposible resistir completamente.—
Obreros
Evangélicos, 60
.
El verdadero carácter no se forma desde el exterior, para reves-
tirse uno con él; irradia desde adentro. Si queremos conducir a otros
por la senda de la justicia, los principios de la justicia deben ser en-
garzados en nuestro propio corazón. Nuestra profesión de fe puede
proclamar la teoría de la religión, pero es nuestra piedad práctica la
que pone de relieve la palabra de verdad. La vida consecuente, la
santa conversación, la integridad inquebrantable, el espíritu activo
y benévolo, el ejemplo piadoso, tales son los medios por los cuales
la luz es comunicada al mundo.—
El Deseado de Todas las Gentes,
263
.
Las oraciones, la exhortación y la conversación son frutos de
poco precio, y frecuentemente se presentan juntos; pero los frutos
que se manifiestan en buenas obras, en cuidar de los necesitados, los
huérfanos, las viudas, son los verdaderos y los produce naturalmente
un buen árbol.—
Testimonies for the Church 2:24
.
Agresividad
Dios no obra milagros, por lo común, para el avance de su verdad.
Si el labrador descuida el cultivo del terreno, Dios no obra milagros
para contrarrestar los resultados seguros. El obra de acuerdo con los
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grandes principios que se nos han revelado, y es nuestra parte hacer
planes sabios y poner en operación los medios por los cuales Dios
producirá ciertos resultados. Los que no hacen esfuerzos decididos,
sino que simplemente esperan que el Espíritu Santo los fuerce a
obrar, perecerán en las tinieblas. No habéis de sentaros tranquila-
mente y permanecer ociosos en la obra de Dios.—
The Southern
Watchman, 1 de diciembre de 1903
.
Algunos de los que se dedican al servicio misionero, son débiles,
sin nervio, sin ánimo, fáciles de desalentar. Les falta energía. No
tienen aquellos rasgos positivos de carácter que dan fuerza para
obrar—el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. Los