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Servicio Cristiano
En la medida de sus oportunidades, todo aquel que recibió la luz
de la verdad lleva la misma responsabilidad que el profeta de Israel,
a quien fueron dirigidas estas palabras: “Tú pues, hijo del hombre,
yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de
mi boca, y los apercibirás de mi parte”.—
Joyas de los Testimonios
3:288, 289
.
A todo aquel que se hace partícipe de su gracia, el Señor le se-
ñala una obra que hacer por los otros. Cada cual tiene que ocupar
su puesto, diciendo: “Heme aquí, envíame a mí”. Sobre el ministro
de la palabra, sobre el enfermero misionero, sobre el médico cris-
tiano, sobre el cristiano individual, ora sea comerciante o agricultor,
profesional o mecánico—, sobre todos descansa la responsabilidad.
Nuestra tarea es revelar a los hombres el Evangelio de su salvación.
Toda empresa en que nos empeñemos debe servirnos de medio para
dicho fin.—
El Ministerio de Curación, 138
.
Cuando el Señor de la casa llamó a sus siervos, dió a cada uno
su
obra. Toda la familia de Dios estaba incluída en la responsabilidad de
utilizar los bienes del Señor. Todo individuo, desde el más humilde
y el más oscuro, hasta el mayor y el más exaltado, es un instrumento
moral dotado de capacidades a quien Dios tiene por responsable.—
The Bible Echo, 10 de junio de 1901
.
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Fuerzas cristianas combinadas
Hermanos y hermanas en la fe, ¿surge en vuestro corazón la
pregunta, “¿Soy yo guarda de mi hermano?” Si pretendéis ser hijos
de Dios, sois guardas de vuestros hermanos. El Señor tiene a la
iglesia por responsable de las almas de aquellos que podrían ser los
medios de salvación.—
Historical Sketches of the Foreign Missions
of the Seventh Day Adventist, 291
.
El Salvador dió su preciosa vida para establecer una iglesia
capaz de asistir a los que sufren, a los tristes, y a los tentados. Una
agrupación de creyentes puede ser pobre, inculta, y desconocida;
sin embargo en Cristo puede realizar una obra en el hogar, en la
comunidad, y aun en “tierras lejanas”, cuyos resultados alcanzarán
hasta la eternidad.—
El Ministerio de Curación, 99
.
Por débil e imperfecta que parezca, la iglesia es el objeto al cual
Dios dedica en un sentido especial su suprema consideración. Es el