Página 261 - Servicio Cristiano (1981)

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Requisitos para el servicio cristiano eficaz
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Dejad que la paz de Dios rija vuestros corazones, y estad agradecidos.
Dad al Señor lugar donde trabajar. No le obstaculicéis el camino.
El puede obrar y obrará si se lo permitimos.—
Testimonies for the
Church 9:136
.
Presentad las credenciales divinas
Dios puede emplear a cada uno en la medida en que le es posible
derramar su Espíritu en el templo de su alma. El trabajo que él
acepta es el que refleja su imagen. Sus discípulos deben llevar, como
credenciales para el mundo, las características indelebles de sus
principios inmortales.—
Joyas de los Testimonios 3:146
.
[302]
El nombre de Cristo había de ser su consigna, su divisa distintiva,
su vínculo de unión, la autoridad para su curso de acción y la fuente
de su éxito. Nada que no llevara su nombre y su inscripción había
de ser reconocido en su reino.—
Los Hechos de los Apóstoles, 23
.
Sed fieles soldados
Sed fieles soldados para anunciar las virtudes de Aquel que os
ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.—
The Review and
Herald, 24 de enero de 1893
.
Los siervos de Dios deben ser como milicianos, siempre dispues-
tos a avanzar tan pronto como su providencia les abra el camino.
Cualquier tardanza que haya de su parte da tiempo a que Satanás
obre para derrotarlos.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 448
.
El pueblo que guarda sus mandamientos ha de hallarse constan-
temente listo para servir.—
Testimonies for the Church 8:247
.
Los que son verdaderamente representantes de Cristo trabajan
para el bien de los demás. Se deleitan en hacer progresar la causa de
Dios tanto en su país como en el extranjero. Se los ve y se los oye, y
su influencia se siente en la reunión de oración. Tratarán de suplir
el lugar del ministro cuyas labores no pueden tener. No tratan de
exaltar el yo, o de recibir crédito como quien aparenta estar haciendo
una gran obra, sino de trabajar humilde, mansa y fielmente, haciendo
pequeñas diligencias o realizando una gran tarea, si es necesario,
porque Cristo ha hecho tanto por ellos.—
The Review and Herald, 6
de septiembre de 1881
.