Página 266 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
considera culpables cuando por nuestros hábitos perjudiciales priva-
mos así al mundo del bien.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro,
316, 317
.
Nuestro Dios es muy misericordioso, lleno de compasión y ra-
zonable en todos sus requerimientos. El no pretende que sigamos
[308]
una conducta que resultará en la pérdida de nuestra salud o el debili-
tamiento de nuestras facultades mentales. No quiere que trabajemos
bajo presión y tensión, hasta que quedemos exhaustos y suframos de
postración nerviosa. El Señor nos ha dado el uso de la razón y espera
que obremos en armonía con ella y actuemos según las leyes de la
vida implantadas en nosotros, obedeciéndolas, a fin de que podamos
tener una organización bien equilibrada. Un día sigue a otro, y cada
día trae consigo sus responsabilidades y deberes, pero el trabajo de
mañana no ha de entrar en el día de hoy. Los obreros que trabajan
en la causa de Dios han de sentir cuán sagrado es el carácter de esa
obra, y han de prepararse para la obra de mañana haciendo hoy un
juicioso empleo de sus facultades.—
The Review and Herald, 7 de
noviembre de 1893
.
Reposo y reflexión
Los discípulos de Jesús necesitaron que se les enseñara a trabajar
y descansar. Hay necesidad hoy en día de que los obreros escogidos
de Dios oigan el mandato de Cristo de apartarse y reposar un poco.
Muchas vidas preciosas se han sacrificado, innecesariamente, por
descuidar este mandato. ... Aunque la mies es mucha y los obre-
ros pocos, nada se gana con sacrificar la salud y la vida. ... Hay
muchos obreros débiles y gastados que se sienten profundamente
desanimados cuando consideran lo que hay para hacer y cuán poco
pueden realizar ellos. ¡Cuánto anhelan tener más fuerzas físicas para
poder efectuar más! Pero es a éstos a quienes Jesús dice: “Venid
vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco.”—
The Review
and Herald, 7 de noviembre de 1893
.
La vida cristiana no está constituida de actividad incesante ni de
continua meditación. Los cristianos deben trabajar fervorosamen-
te por la salvación de los perdidos, pero también han de tomarse
tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de
[309]
Dios. De nada sirve estar siempre bajo la tensión del trabajo y la