Página 29 - Servicio Cristiano (1981)

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El llamado de Dios al servicio
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vez, siendo superado únicamente por el de Cristo mismo. Habían de
ser colaboradores con Dios para la salvación de los hombres.—
Los
[22]
Hechos de los Apóstoles, 16
.
El Maestro divino dice: Mi Espíritu solo es competente para
enseñar y convencer de pecado. Las cosas externas hacen sólo una
impresión temporal sobre la mente. Yo inculcaré la verdad en la
conciencia, y los hombres serán mis testigos. Presentarán en todo el
mundo mis requerimientos acerca del tiempo, el dinero y el intelecto
del hombre.—
Joyas de los Testimonios 3:159
.
Nuestra confesión de su fidelidad es el factor escogido por el
cielo para revelar a Cristo al mundo. Debemos reconocer su gracia
como fué dada a conocer por los santos de antaño; pero lo que será
más eficaz es el testimonio de nuestra propia experiencia. Somos
testigos de Dios mientras revelamos en nosotros mismos la obra de
un poder divino. Cada persona tiene una vida distinta de todas las
demás, y una experiencia que difiere esencialmente de la suya. Dios
desea que nuestra alabanza ascienda a él señalada por nuestra propia
individualidad. Estos preciosos reconocimientos para alabanza de la
gloria de su gracia, cuando son apoyados por una vida semejante a
la de Cristo, tienen un poder irresistible que obra para la salvación
de las almas.—
El Deseado de Todas las Gentes, 300, 301
.
Dios no puede desplegar el conocimiento de su voluntad y las
maravillas de su gracia en el mundo incrédulo, a menos que tenga
testigos esparcidos por toda la tierra. Su plan consiste en que aquellos
que son participantes de su gran salvación por medio de Cristo Jesús,
sean sus misioneros, cuerpos luminosos por todo el mundo, que sean
como señales para el pueblo, epístolas vivientes, conocidas y leídas
de todos los hombres, cuya fe y obras testifiquen de la inminencia
del regreso del Salvador, y muestren que no han recibido la gracia
de Dios en vano. El pueblo debe ser amonestado a prepararse para
el juicio venidero.—
Testimonies for the Church 2:631, 632
.
[23]
Cuando [los discípulos] meditaban en su vida pura y santa, sen-
tían que no habría trabajo demasiado duro, ni sacrificio demasiado
grande, si tan sólo pudiesen ellos atestiguar con su vida la belleza
del carácter de Cristo. ¡Oh, si tan sólo pudieran vivir de nuevo los
tres años pasados, pensaban ellos, de cuán diferente modo procede-
rían! Si sólo pudieran ver al Señor de nuevo, cuán fervorosamente
tratarían de mostrar la profundidad de su amor y la sinceridad de