Página 290 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
Frutos de la siembra de la semilla
—Todo impulso del Espíritu
Santo que induce a los hombres a la bondad y a Dios, es registrado
en los libros del cielo, y en el día de Dios a cada uno que se haya
entregado a sí mismo como instrumento para la obra del Espíritu
Santo le será permitido contemplar lo que su vida ha producido.—
Testimonies for the Church 6:310
.
Cuando los redimidos se hallen en la presencia de Dios, respon-
derán a sus nombres almas preciosas llevadas allí por los esfuerzos
pacientes y fieles hechos en su favor, por las súplicas y la fervien-
te persuasión de buscar su refugio en el Fuerte. De este modo los
que en este mundo han sido colaboradores con Dios recibirán su
recompensa.—
Testimonies for the Church 8:196, 197
.
¡Qué regocijo reinará mientras estos redimidos encuentren y
saluden a los que llevaron cargas en su favor! Y ¡cómo vibrarán de
satisfacción los corazones de los que no vivieron para agradarse a sí
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mismos, sino para beneficiar a los desdichados que tienen tan pocas
bendiciones! Para ellos se realizará la promesa: “Serás bienaventu-
rado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la
resurrección de los justos”.—
Obreros Evangélicos, 536
.
En los cielos veremos a los jóvenes que hemos ayudado, a aque-
llos que hemos invitado a nuestros hogares, a los que apartamos de
la tentación. Veremos sus rostros reflejar el fulgor de la gloria de
Dios.—
Testimonies for the Church 6:348
.
¡Ser colaboradores de Cristo y de los ángeles celestiales en el
gran plan de salvación! ¿Qué otra obra podría compararse con ésta?
Con cada persona salvada aumenta el caudal de la gloria de Dios,
y esa gloria se refleja tanto en el que ha sido salvado como en el
que sirvió de instrumento para su salvación.—
Testimonies for the
Church 2:232
.
Los redimidos encontrarán y reconocerán a aquellos cuya aten-
ción dirigieron al ensalzado Salvador. ¡Qué bendita conversación
tendrán con estas almas! “Yo era pecador—dirá alguno—, sin Dios
y sin esperanza en el mundo; y tú viniste a mí, y atrajiste mi atención
al precioso Salvador como única esperanza mía, y creí en él. Me
arrepentí de mis pecados y se me hizo sentar con sus santos en los
lugares celestiales en Cristo Jesús.” Otros dirán: “Yo era pagano en
tierras paganas. Tú dejaste tus amigos y tu cómodo hogar, para ir a
enseñarme cómo encontrar a Jesús, y creer en él como único Dios