Página 35 - Servicio Cristiano (1981)

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El llamado de Dios al servicio
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perdido su sabor. No tienen influencia para el bien en el mundo, y
por su falsa representación de Dios son peores que los incrédulos
del mundo.—
El Deseado de Todas las Gentes, 262
.
La divina comisión
La obra que hicieron los discípulos, tenemos que hacerla noso-
tros también. Todo cristiano debe ser un misionero. Con simpatía y
compasión tenemos que desempeñar nuestro ministerio en bien de
los que necesitan ayuda, y procurar con todo desprendimiento aliviar
las miserias de la humanidad doliente.—
El Ministerio de Curación,
97
.
Antes de ascender al cielo, Cristo dió a los discípulos su comi-
sión. Les dijo que debían ser los ejecutores del testamento por el
cual él legaba al mundo los tesoros de vida eterna.—
Los Hechos de
los Apóstoles, 22
.
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En la comisión dada a los primeros discípulos, se hallan incluidos
los creyentes de todas las edades. Todo el que aceptó el Evangelio,
recibió una verdad sagrada para impartirla al mundo. El pueblo
fiel de Dios estuvo siempre constituido por misioneros activos, que
consagraban sus recursos al honor de su nombre y usaban sabiamente
sus talentos en su servicio.—
Los Hechos de los Apóstoles, 90
.
La comisión misionera es la magna carta misionera del reino
de Cristo. Los discípulos habían de trabajar fervorosamente por
las almas, dando a todos la invitación de misericordia. No debían
esperar que la gente viniera a ellos; sino que debían ir ellos a la
gente con su mensaje.—
Los Hechos de los Apóstoles, 23
.
Los mensajeros de Dios han recibido la orden de emprender la
misma obra que Cristo realizó cuando estaba en la tierra. Deben
entregarse a todos los ramos de actividad a los que él se consagró.
Con fervor y sinceridad, deben hablar a los hombres de las riquezas
inagotables y del tesoro imperecedero de los cielos.—
Joyas de los
Testimonios 3:349
.
El mandato dado a los discípulos nos es dado también a nosotros.
Hoy día, como entonces, un Salvador crucificado y resucitado ha
de ser levantado delante de los que están sin Dios y sin esperanza
en el mundo. El Señor llama a pastores, maestros y evangelistas.
De puerta en puerta han de proclamar sus siervos el mensaje de