Página 69 - Servicio Cristiano (1981)

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Condiciones mundiales a que hace frente el cristiano
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Satanás procura mantener al pueblo de Dios en un estado de
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inactividad, e impedirle que desempeñe su parte en la difusión de
la verdad, para que al fin sea pesado en la balanza y hallado falto.—
Joyas de los Testimonios 1:88
.
El mundo está dominado por el espíritu de guerra
Un espíritu belicoso agita al mundo. La profecía contenida en el
undécimo capítulo del libro de Daniel, está casi completamente cum-
plida. Muy pronto se realizarán las escenas de angustia descriptas
por el profeta.—
Joyas de los Testimonios 3:283
.
Se me mostró a los habitantes de la tierra en la mayor confusión.
Guerra, derramamiento de sangre, privación, necesidad, hambre y
pestilencia azotaban la tierra. ... Se me llamó entonces la atención
a otra escena. Parecía haber un corto tiempo de paz. Una vez más
los habitantes de la tierra, fueron presentados delante de mí; y de
nuevo todas las cosas se hallaban en la mayor confusión. La lucha,
la guerra, el derramamiento de sangre, con hambre y pestilencia,
rugían por doquier. Otras naciones se hallaban empeñadas en esta
guerra y confusión. La guerra causaba hambre. La necesidad y
el derramamiento de sangre producía pestilencia. Y entonces los
corazones de los hombres desfallecían de temor, “y expectación de
las cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra.”—
Testimonies
for the Church 1:268
.
Tinieblas espirituales
El tiempo actual es un tiempo de tinieblas espirituales para las
iglesias del mundo. La ignorancia de las cosas divinas ha encubierto
a Dios y la verdad de la vista de los hombres. Las fuerzas del mal se
congregan y fortalecen. Satanás promete a sus asociados que hará
una obra que seducirá al mundo entero. Mientras que la actividad de
la iglesia es sólo parcial, Satanás y sus ejércitos están desplegando
una actividad intensa. Las iglesias seudocristianas están muy lejos
de haber convertido al mundo, pues ellas mismas se han dejado
corromper por el egoísmo y el orgullo; y necesitan experimentar el
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poder regenerador de Dios en su seno antes de poder guiar a otros