Página 70 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
hacia un ideal más elevado y más puro.—
Joyas de los Testimonios
3:315
.
En nuestros tiempos, así como antaño, las verdades vitales de la
Palabra de Dios son puestas a un lado para dar lugar a las teorías y
especulaciones humanas. Muchos profesos ministros del Evangelio
no aceptan toda la Biblia como palabra inspirada. Un hombre sabio
rechaza una porción; otro objeta otra parte. Valoran su juicio como
superior a la Palabra, y los pasajes de la Escritura que ellos enseñan
se basan en su propia autoridad. La divina autenticidad de la Biblia
es destruida. Así se difunden semillas de incredulidad, pues la gente
se confunde y no sabe qué creer. Hay muchas creencias que la mente
no tiene derecho a albergar.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro,
29
.
La maldad está llegando a un grado jamás antes alcanzado; no
obstante, muchos ministros del Evangelio claman: “Paz y seguri-
dad”. Pero los fieles mensajeros de Dios han de seguir rápidamente
adelante con su obra. Vestidos con la armadura celestial, han de
avanzar intrépida y victoriosamente, sin cejar en su lucha hasta que
toda alma que se halle a su alcance haya recibido el mensaje de
verdad para este tiempo.—
Los Hechos de los Apóstoles, 179
.
Hay motivo para inquietarse por el estado religioso del mundo
actual. Se ha jugado con la gracia de Dios. La multitud ha anulado
la ley de Dios “enseñando doctrinas y mandamientos de hombres”.
La incredulidad prevalece en muchas iglesias de nuestra tierra; no es
una incredulidad en el sentido más amplio, que niegue abiertamente
la Sagrada Escritura, sino una incredulidad envuelta en la capa del
cristianismo, mientras mina la fe en la Biblia como revelación de
Dios. La devoción ferviente y la piedad viva han cedido el lugar
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a un formalismo hueco. Como resultado prevalece la apostasía y
el sensualismo. Cristo declaró: “Asimismo también como fué en
los días de Lot; ... como esto será el día en que el Hijo del hombre
se manifestará”. El registro diario de los acontecimientos atestigua
el cumplimiento de estas palabras. El mundo está madurando rápi-
damente para la destrucción. Pronto se derramarán los juicios de
Dios, y serán consumidos el pecado y los pecadores.—
Historia de
los Patriarcas y Profetas, 162
.