Página 84 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
teoría del Evangelio; la piedad práctica de la iglesia demuestra su
poder.—
Testimonies for the Church 7:16
.
La obra de Dios en esta tierra no podrá nunca terminarse antes
que los hombres y mujeres abarcados por el total de miembros de
nuestra iglesia se unan a la obra y aúnen sus esfuerzos con los de
los pastores y dirigentes de las iglesias.—
Obreros Evangélicos, 365
.
La predicación es una pequeña parte de la obra que ha de ser
hecha por la salvación de las almas. El Espíritu de Dios convence a
los pecadores de la verdad, y los pone en los brazos de la iglesia. Los
predicadores pueden hacer su parte, pero no pueden nunca realizar
la obra que la iglesia debe hacer.—
Joyas de los Testimonios 1:456
.
La diseminación de la verdad de Dios no está restringida a unos
pocos pastores ordenados. La verdad ha de ser esparcida por todos
los que pretenden ser discípulos de Cristo. Ha de sembrarse sobre
todas las aguas.—
The Review and Herald, 22 de agosto de 1899
.
Los pastores pueden predicar discursos agradables y poderosos,
y puede realizarse mucha labor para edificar y hacer próspera la
iglesia; pero a menos que sus miembros individuales desempeñen su
parte como siervos de Jesucristo, la iglesia estará siempre en tinieblas
y sin fuerza. Por duro y oscuro que sea el mundo, la influencia de
un ejemplo verdaderamente consecuente será un poder para bien.—
Testimonies for the Church 4:285, 286
.
Un error fatal
Es un error fatal suponer que la obra de salvar almas depende
solamente del ministerio. El humilde y consagrado creyente a quien
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el Señor de la viña le ha dado preocupación por las almas, debe
ser animado por los hombres a quienes Dios ha confiado mayores
responsabilidades. Los dirigentes de la iglesia de Dios han de com-
prender que la comisión del Salvador se da a todo el que cree en su
nonbre. Dios enviará a su viña a muchos que no han sido dedicados
al ministerio por la imposición de las manos.—
Los Hechos de los
Apóstoles, 90, 91
.
La idea de que el ministro debe llevar toda la carga y hacer todo
el trabajo, es un gran error. Podría suceder que, recargado de trabajo
y quebrantado, descendiera al sepulcro cuando, si la carga hubiese
sido compartida como el Señor quería, habría continuado viviendo.