Página 98 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
con sus recursos, simpatías y oraciones. Y habría de seguro más
ardiente trabajo por las almas en los países cristianos.—
El Camino
a Cristo, 85
.
Millares disfrutan de una gran luz y de preciosas oportunidades,
pero no hacen nada con su influencia o su dinero para iluminar
a los demás. Ni aun asumen la responsabilidad de conservar sus
propias almas en el amor de Dios, para no llegar a ser una carga
para la iglesia. Tales personas serían una carga y un embarazo en el
cielo. Por causa de Cristo, por causa de la verdad, por causa de ellos
mismos, los tales deben levantarse y hacer un trabajo diligente para
la eternidad.—
The Review and Herald, 1 de marzo de 1837
.
La iglesia de Cristo puede compararse adecuadamente a un
ejército. La vida de cada soldado es una vida de trabajo, de durezas y
de peligro. Por todas partes hay adversarios vigilantes, dirigidos por
el príncipe de la potestad de las tinieblas, que nunca duerme y nunca
abandona su puesto. Siempre que un cristiano se halle desprevenido,
este poderoso adversario realiza un ataque repentino y violento. A
menos que los miembros de la iglesia estén activos y vigilantes,
serán vencidos por sus movimientos.
¿Qué acontecería si la mitad de los soldados que componen un
ejército se hallaran holgando o estuvieran dormidos en el momento
en que se les ordenara estar listos? El resultado sería derrota, cauti-
verio o muerte. Si alguien escapara de las manos del enemigo, ¿se
lo consideraría con derecho al premio? No; rápidamente recibiría
la sentencia de muerte. Y si la iglesia de Cristo se hallara en una
actitud de descuido e incredulidad, estarían implicadas consecuen-
cias mucho más importantes. Un ejército de soldados cristianos
que duermen—¿qué cosa podría ser más terrible?—¿Qué progreso
podría hacerse contra el mundo, que está bajo el control del príncipe
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de las tinieblas? Los que permanecen a la retaguardia en forma
indiferente en los días de la batalla, como si no tuvieran interés y no
sintieran responsabilidad alguna en la pelea, harían mejor en cambiar
su conducta o en abandonar las filas de inmediato.—
Testimonies for
the Church 5:394
.